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Battleforge

Battleforge

La forja de ideas

BattleForge nos lleva a introducirnos en un mundo de fantasía en el que lucharemos online para salvar a los humanos. Explorar y colecciona las cartas que te permitirán desplegar ejércitos y enfréntate a otros oponentes en el primer MMO de estratégia en tiempo real. Una sorpresa inesperada y agradable.

Actualizado a

En un género tan explotado ya como el de los juegos online resulta complicado que nuevas propuestas exploren caminos hasta ahora inadvertidos. EA, sabedora del potencial que alberga el juego en red, ha puesto en las manos de su estudio interno, Phenomic, un proyecto tan innovador como llamativo. Si ya presagiaba buenas maneras en la beta que lleva abierta unos meses, el lanzamiento final no ha hecho si no confirmar el grado de calidad y las buenas maneras de un título que sorprende por su inteligente mezcla de géneros y estilos de juego. Por que hasta el momento, había resultado difícil, por no imposible, encontrar una combinación de multijugador masivo y estrategia en tiempo real en el mismo producto.

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Resumido en pocas palabras, es como mezclar cualquier RTS clásico, como Starcraft, Dawn of War o Empire Total War con los juegos de cartas coleccionables al estilo Magic The Gathering o YugiOh. Bebiendo de una estudiada mecánica que mezcla los logros del jugador con un sistema de micropagos, disponemos de una biblioteca de cartas que podemos combinar a nuestro gusto para crear barajas que serán las que usemos en las partidas. Así, la jugabilidad es la clásica del género de la estrategia, solo que no dependeremos de la clásica microgestión de estructuras y edificios, ya que las criaturas son invocadas sobre el mismo terreno, arrastrando la carta al punto deseado de aparición.


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Gráficos

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Diseñado con mucho criterio y un buen gusto innegable, BattleForge entra por los ojos y recuerda inmediatamente a Warcraft 3, por su colorista estilo de representación. Se ha utilizado un motor visual capaz de plasmar con solvencia una gran cantidad de efectos y modelos de forma simultánea en pantalla, ofreciendo un rendimiento muy satisfactorio. Pese a que el detalle en general de las unidades podría ser bastante más elevado, esto queda compensado con la espectacularidad de los efectos visuales, que no pararán de asaltarnos desde el minuto uno de juego. Explosiones, tormetas eléctricas, rayos de energía y bolas de fuego aparecen en pantalla sin descanso, ofreciendo un panorama espectacular.


Configurando el juego en la combinación media o alta encontramos un aspecto más que satisfactorio y vistoso. El soporte DirectX10 garantiza todavía más detalle, aunque si no lo utilizáis encontraréis un juego igualmente cuidado. Solo echamos de menos, como decíamos, un mayor detalle en el modelado de las unidades, sobre todo en el caso de las más pequeñas como la infantería. Pese a que esto ayuda al rendimiento, no hubiera estado de más un trabajo algo mejor. Igualmente, el control de la cámara no es todo lo ágil que podría, comportándose de forma algo lenta. Con todo, el nivel alcanzado en este aspecto como conjunto es muy satisfactorio.


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Phenomic ha hecho un muy buen trabajo también con la interfaz, que es sencilla y muy cómoda de usar. Teniendo en cuenta que gran parte del tiempo que pasaremos en el juego nos encontraremos organizando cartas o probando sus efectos, en la zona inicial, la sencilla estructura de menús facilita mucho el moverse por las opciones del juego. Se dispone de la lógica clásica asociada a los MMO, como gestión de listas de amigos y buzón de mensajería, unido a un más que interesante sistema de subastas, en el que podemos pujar por cartas u ofrecer las que nos sobren para ganar puntos BattleForge.

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Música y Sonido FX

BattleForge presenta también un trabajado repertorio sonoro, íntegramente en inglés, eso sí. La banda sonora, de corte muy épico, acompaña perfectamente las partidas, descendiendo en volumen ocasionalmente, para ofrecernos diálogos por parte de los héroes. Se mimetiza perfectamente con la jugabilidad, hasta el punto de que llega a pasar inadvertida en muchos momentos, por la intensidad de la acción en pantalla. Tanto los menús de campaña como la forja -el área inicial- cuentan con sus propias melodías, que nos harán de trasfondo mientras navegamos por los menús y hacemos la tareas relacionadas con la organización y gestión de cartas.

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Por otro lado, el repertorio de efectos sonoros es un soberbio compendio de diferentes explosiones, zumbidos y demás ruidos de toda índole. La amplísima variedad de tropas diferentes en el juego hace que existan sonidos propios de cada una de ellas, así como voces características que la unidad emitirá al ser seleccionada. El denominador común aquí es nuevamente el buen trabajo logrado, poniendo mucha atención al detalle. Se nota que Phenomic ha tratado de cuidar al máximo cada uno de los apartados de su producto, ofreciendo en este aspecto un trabajo de caracterización al mejor de los niveles. Poco tiene que envidiar BattleForge al apartado de voces de otros títulos clave en el género, con los que comparte muchas otras cosas además de un brillante apartado sonoro.

Jugabilidad

Como apuntábamos al principio, BattleForge se nutre de muchas fuentes para presentar una jugabilidad tan curiosa como interesante. Poner sobre la mesa elementos de RTS, multijugador masivo y juego de cartas coleccionables no es sencillo, pero Phenomic ha conseguido una síntesis muy destacable, con un enfoque tremendamente sencillo y jugablemente muy divertido. Realmente, jugar no difiere mucho a hacerlo con un título de estrategia clásica, ya que se crean unidades, se comandan por medio del ratón y se utilizan habilidades propias de cada tipo de tropa. Además, también existe recolección de recursos y una estrategia de combate -bastante ligera, eso sí- que nos llevará a chocar una y otra vez contra los enemigos si no somos capaces de ver sus debilidades.


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Mas allá, el título se estructura como un MMO en el que tras acceder al sistema de servidores apareceremos en una zona conocida como la forja. Este punto inicial es como una pizarra en blanco, que nos sirve para probar nuestra baraja y sus efectos. Podemos arrastrar criaturas, lanzar conjuros o invocar enemigos para testear las cualidades de nuestros siervos. Más aún, incluso podemos pasar a controlar al bando contrario, para ver cómo de efectivos se muestran nuestros sirvientes. Estas opciones nos permitirán probar el equilibrio de nuestra baraja, para seleccionar o desechar cartas de cara a formar una baraja. Los cuatro elementos disponibles, fuego, hielo, naturaleza y sombra, conforman las diferentes ramas entre las que podremos elegir para ello.

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Dentro de cada uno de ellos contamos con cartas de criatura, hechizos y estructuras, que aparecen en pantalla tan pronto como activemos la carta correspondiente y disponamos de suficiente energía para ello. La energía se va consiguiendo al reclamar ciertas posiciones del mapa, y junto a los orbes elementales es el único recurso de BattleForge. Estos orbes, que conceptualmente se acercan mucho a los manás de Magic, también se construyen en ciertos edificios del mapa, pudiendo elegir el color del que construimos entre los cuatro mencionados antes. Esta mecánica nos obliga a gestionar nuestra energía, necesaria para invocar criaturas y lanzar conjuros, con la obtención de posiciones para construir orbes, ya que las criaturas requieren de cierto número de orbes de cada color para ser invocadas.

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Multijugador al gusto

Variando entre un orbe - las más débiles - y cuatro -las más poderosas- cada carta contiene toda la información necesaria, que se expande al pasar el ratón sobre ella. Las tropas poseen diferentes habilidades especiales, algunas activas y otras pasivas, que también requerirán invertir energía para activarlas. Como se puede ver, se trata de una mecánica bastante compleja de explicar, pero que funciona de forma bastante simple una vez puesto en juego. A la hora de jugar, hay que saber que nuestras criaturas sólo pueden ser invocadas cerca de un edificio u otra unidad amiga cercana, por lo que resulta importante conocer la posición de nuestros grupos, así como mantener una cierta fuerza en cada uno de ellos para no perder rango de actuación si son atacados.


Más aún, los conjuros también requieren una unidad amiga cercana, por lo que gestionar nuestros efectivos toma un carácter crítico si queremos poder optar a completar los escenarios. La combinación de un número tan elevado de factores hace que la gestión del ejército sea compleja, aunque visualmente no estamos haciendo más que arrastrar cartas al escenario para reforzar nuestras tropas. Pese a que ocasionalmente no debemos pensar más allá de enviar a todas nuestras unidades al mismo tiempo, si que existen misiones y objetivos que instan a cooperar, y es aquí donde sale a relucir la faceta masiva del título.

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La estructura de BattleForge nos lleva a combatir en varias campañas, con escenarios individuales y cooperativos. Un mapa del mundo de juego nos mostrará los diferentes objetivos y las misiones a las que podemos acceder a continuación. La trama, de la que hablaremos posteriormente, se irá desgranando poco a poco mediante la aparición de héroes, personajes controlados por la IA del juego que nos asistirán en combate y nos indicarán los objetivos de las misiones. Ocasionalmente deberemos protegerles como tarea principal, momentos en los que la computadora nos asistirá más bien poco, y puede ser que caigan muertos por la propia ineptitud de la máquina en el control del personaje.

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Las diferentes campañas nos llevarán por diferentes zonas del mundo, ofreciendo tres niveles de dificultad diferentes. Una vez completada una misión, y también durante el propio juego, obtendremos oro y experiencia, que incrementará el rango de nuestra cuenta. El oro resulta necesario para bastantes aspectos del juego, como mejorar cartas, o para realizar otras transacciones rutinarias entre partidas. Ocasionalmente seremos recompensados con cartas de mejora, que podremos aplicar a una versión básica de la misma para obtener una nueva carta más poderosa.


El juego cooperativo contra la IA no es el único disponible, ya que BattleForge contempla el combate entre usuarios mediante unas arenas especiales diseminadas por las zonas de juego. Entrando a una de ellas podemos crear partidas o unirnos a alguna que esté abierta y esperando nuevos contendientes. En todo momento dispondremos en pantalla de un listado con todos los jugadores conectados actualmente a nuestro servidor, por lo que la interacción con ellos es perfectamente posible incluso cuando estamos en la forja probando combinaciones de cartas.

Un juego diferente

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Los principales problemas de BattleForge se derivan de su sistema de micropagos, ideado para permitirnos comprar nuevas cartas en sobres o packs de varios sobres. Igual que con cualquier otro juego de cartas coleccionables, obtendremos nuevos elementos para nuestra colección, catalogados en varias ramas según su rareza. Al no existir limitación en los combates sobre las criaturas que podemos incluir, resulta complicado darle la vuelta a una partida en la que empezamos perdiendo, algo que también se hace patente en la campaña al combatir contra los enemigos más poderosos. Todo deriva en que se hace necesaria una inversión económica para optar a las mejores criaturas, un buen modelo de negocio para la compañía pero un problema para la jugabilidad, cuyo equilibrio es nulo.

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Incluso con una buena baraja en partida, resulta complicado darle la vuelta a una situación desfavorable, puesto que el lanzamiento de nuevas criaturas es casi instantáneo, en el momento en que el rival llegue a una situación mínimamente ventajosa sobre nosotros nos irá menguando las fuerzas y los recursos a tal velocidad que resulta difícil sobreponerse a ello. Dejando esto de lado, las partidas son divertidas y tremendamente rápidas, con multitud de criaturas que van apareciendo en el terreno de juego reforzando a las que van cayendo también con celeridad. La mecánica de arrastrar las tropas es muy sencilla y rápida de manejar, aunque utilizar los accesos rápidos facilita tremendamente la labor.


A nivel estratégico, se tiene toda la fuerza que ofrece un juego de cartas coleccionable, mezclado con el requerimiento de tomar decisiones tácticas sobre la marcha. No se trata tan solo de tener los recursos, si no de saberlos jugar en el momento y la situación adecuada. Eso sí, las más poderosas tienen un efecto devastador sobre el enemigo, que puede ver como todo su ejército cae derrotado en cuestión de segundos frente a una de las enormes unidades que requieren cuatro orbes para su invocación. La variedad en las tropas es algo de alabar, aunque en general encontramos varios tipos de unidades similares en todos los elementos de la baraja.


Contamos con tropas de infantería, unidades individuales de tamaño superior al humano, bestias rápidas y ligeras, grandes moles, unidades voladoras o artillería viviente. En general, cada una de ellas tiene una función específica, que va en concordancia con sus habilidades especiales, por lo que aprender a utilizar nuestros recursos es casi tan valioso como disponer de ellos en la baraja. El equilibrio de estos factores resulta un aspecto delicado en BattleForge, cuya jugabilidad a la larga resulta un ejercicio mental interesante, habitual ya para aquellos que tengan como hobby el coleccionar este tipo de juegos de cartas.


No queremos olvidarnos de destacar las enormes posibilidades que el juego cooperativo ofrece, siendo posible crear barajas basadas únicamente en los conjuros de apoyo, mientras que otro jugador hace de maestro de criaturas, con una baraja llena de ellas. Las combinaciones son virtualmente inacabables, lo que dota al juego de una potencia que, incluso con pocas horas de juego, ya queda demostrada de forma evidente. La fusión de géneros de Phenomic resulta a la larga muy satisfactoria y entretenida, tanto si disfrutamos de las diferentes campañas, que tienen contenido suficiente como para ocuparnos bastante tiempo, como si simplemente disfrutamos combatiendo contra otros jugadores.

Dioses y humanos

La trama de BattleForge es una mezcla bastante heterogénea de fantasía épica y clásica, en la que nos pondremos en la piel de un señor celestial, un dios, con poder para invocar criaturas. Después de que la tierra quedara asolada por las guerras del pasado, los humanos resurgieron de las profundidades para reclamar lo que había sido hasta entonces. Sin embargo lo que hallaron fue un panorama totalmente diferente al que conocían, con un planeta plagado de criaturas abominables y totalmente hostiles. Como señor celestial nos manifestamos en el mundo para echar una mano a los humanos mediante nuestros poderes.


Esta trama se nos narra a través de un detallado sistema de textos y locución de voz, suponiendo un voluminoso conjunto de lecturas en texto plano sobre el propio juego. Cuando vayamos completando capítulos desbloquearemos los trozos de historia relativos a dicha fase, que se añadirán a nuestro libro de hechos. Del mismo modo, el libro guarda registro de los héroes con los que nos encontraremos, sus características y datos de interés. Lástima que el juego esté únicamente en inglés, ya que el volumen de información es muy amplio y resulta ciertamente incómodo no poder disfrutarlo en castellano.


El trasfondo complementa perfectamente el enfoque fantástico del juego, sin pretender más que aportar una base para los acontecimientos del juego, e integrándose bien en el desarrollo del juego al utilizarse las pantallas de carga -abundantes por cierto- para ir ofreciéndonos secuencias de la historia. La experiencia jugable, por tanto, se nutre constantemente de la trama, que implicará la aparición constante de nuevos personajes a los que ayudar, y que nos darán consejos y ayudas en ciertos momentos puntuales.

8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.