Aggression Reign over Europe
- PlataformaPC7
- GéneroEstrategia
- DesarrolladorBuka Entertainment
- Lanzamiento15/03/2008
- TextoEspañol
- VocesEspañol
Historia de dos guerras
Cambia el curso de la historia, o sigue fielmente el hilo de los acontecimientos que ocurrieron en Europa entre 1910 y 1950, con dos guerras mundiales de fondo, en Aggression Reign over Europe. Un título que mezcla la estrategia en tiempo real con la gestión global, de la mano de Playlogic y Lesta Studio.
En dos ocasiones, aconteciendo la primera hace casi un siglo, las miradas de todo el mundo se posaron en Europa, y no fue motivo de orgullo para sus habitantes. La estabilidad mundial dependía de los sucesos que debían decidirse en este campo de batalla, y sus consecuencias se seguirían pagando muchos años después de que finalizaran...
Una ambientación histórica para un juego de estrategia, no es nada de lo que nos podamos extrañar. Que comprenda los periodos de tiempo transcurridos desde poco antes del inicio de la Primera Guerra Mundial, y continúe unos pocos años después de finalizada la segunda, tampoco es un hecho insólito. Pero esto no es todo lo que este juego puede ofrecernos.
¿Cuántas veces hemos soportado críticas sobre títulos de macro gestión estratégica, al estilo Hearts of Iron o Europa Universalis, referidas a su complejidad o falta de dinamismo en los combates? ¿Cuántas veces hemos maldecido un juego de estrategia en tiempo real, por no llevarnos un poco más allá del campo de batalla, y permitirnos una visión más global?
Lo nuevo de Playlogic, y diseñado por Lesta Studio, combina ambas características en un solo título: Aggression Reign over Europe. No esperéis el nivel de detalle de un título de Paradox, ni tampoco el detalle de Command & Conquer. Lo más parecido podría ser un producto de la saga Total War, localizado en ambas Guerras Mundiales, aunque con una calidad un poco menor.
Puede parecer que compararlo, de primeras, con ofertas de tan alto nivel, es un poco injusto. Por lo tanto, vamos a analizar en profundidad este título, que a pesar de sus carencias, apunta las maneras suficientes como para entretener a una parte de los seguidores de este género. Repasad vuestros libros de historia del colegio e instituto, y retrocedamos un siglo en el tiempo.
El juego da comienzo en 1910 cuando, a pesar de las tensiones políticas y sociales en Europa, la convivencia aún no se había hecho insoportable. Podremos seleccionar una nación, de entre 4 posibles, a saber: Alemania, Francia, Inglaterra o Rusia. La elección no ha sido arbitraria, pues todas ellas marcaron un antes y un después con su entrada en los dos conflictos.
Ante nosotros, un precioso mapa que divide Europa, norte de África y oeste de Rusia en varias naciones y a estas, a su vez, en varias regiones. Cada una se identifica por su ciudad principal, y desde allí son controladas igualmente. El detalle gráfico sorprende por su calidad, y todo es fácilmente reconocible a simple vista, sin necesidad de más interpretaciones, y se agradece.
La mayor parte del juego, la pasaremos realizando acciones sobre esta cartografía de la Europa del siglo pasado. Por supuesto, iniciaremos nuestras andanzas en la nación que hayamos elegido, y podremos ver algunos individuos ubicados en ciertas provincias. Estos personajes son los que marcarán con sus actos, el curso de la historia durante los próximos 40 años.
Se han seleccionado más de 200 históricos personajes, contemporáneos de uno o ambos conflictos. Cada uno se acompaña de una pequeña introducción sobre su persona, y datos sobre su afiliación política o nación de origen. Además de todo esto, pueden tener de una a tres de las siguientes profesiones: científico, líder, ministro, espía o general.
Estos individuos pueden ser desarrollados mediante la experiencia, que se gana con el paso del tiempo. Con cada nuevo nivel, podremos comprar una habilidad de cada oficio del personaje, aunque el desarrollo es más lento si nos dedicamos a varios campos. En cualquier momento podemos aprender nuevas profesiones, pero nunca podremos renunciar a ellas.
La importancia de los mismos en el título, ya no sólo en la historia, es el hecho de que actúan como representantes de la nación. Comandan a las tropas, influyen en nuestras provincias o espían las del enemigo. Cuando tengamos recursos suficientes, contrataremos nuevos personajes, aumentando así nuestra capacidad de acción sobre el mapa, y nuestra influencia.
Las ciudades, por el contrario, nos permiten abastecernos de recursos y tropas. Los primeros se traducen en industria, educación y población, y podemos fijar en que porcentaje se promoverá un desarrollo u otro en cada provincia. Con la construcción de ciertos edificios, mejoraremos la adquisición de recursos, y conseguiremos la capacidad de entrenar soldados.
De esta manera, edificando fábricas, incrementamos los puntos de industria que ganamos en una provincia, o podemos construir cuarteles, puertos militares, aeropuertos... donde reclutar efectivos para las guerras que se avecinan, todo ello previo gasto de recursos. Sin embargo, el estado de la economía, y el peligro de un conflicto en ciernes, puede traer revueltas sociales.
Serán 9 las ideologías en las que se divide la población. Cada nación estará gobernada por una prioritariamente, que podemos intentar cambiar en cualquier momento, aceptando sus consecuencias. Además, todo personaje es representante de una de ellas en concreto, y su influencia afectará al porcentaje de la población seguidora de ese pensamiento político.
Si conseguimos mediar entre la capacidad de producción, y la satisfacción de nuestros ciudadanos, el desarrollo de la nación seguirá un buen curso. Puede que este sea el aspecto más destacable del control de las provincias, y la única pega en este campo es la poca variedad de edificios que se pueden construir, aunque todos tienen un objetivo definido.
Durante los primeros años, el estado de tensión será continuo, pero no estallará la guerra a menos que decidamos provocarla y cambiar el rumbo de la historia. Para amenizar este periodo previo al conflicto, se irán produciendo eventos aleatorios, como encuentros científicos o hambrunas, que necesitarán la acción de personajes, o de recursos, para ser resueltos.
Cumplir dichos objetivos nos reportará beneficios, mientras que un fallo implicará penalizaciones. El uso de las habilidades de los personajes puede ser primordial para el éxito de lagunas misiones, pero hay que tener en cuenta que cada habilidad, provoca unos perjuicios después de usarla. Por ejemplo, una represión disminuirá nuestra capacidad de investigación.
Iremos acuartelando tropas, y repartiéndolas entre ciudades y personajes. Mediante la interfaz, podemos acceder a informes sobre nuestro estado, y compararnos con el resto de naciones para evaluar nuestras posibilidades si alguna vez se inicia el conflicto armado en Europa. Todo se encuentra bien distribuido, y la información es clara y concisa, sin demasiados adornos.
Si nos damos cuenta de que somos muy inferiores a nuestros posibles enemigos, comenzará el momento de los pactos y alianzas. Sólo hay dos tipos de tratado, el acuerdo comercial y el militar. El primero nos ayudará a mejorar nuestro desarrollo, pero la inversión durante los primeros años es muy cara, y el segundo nos consigue aliados. Pero hay que saber tratarlos.
La historia que juguemos no tiene porque reproducir fielmente, ni de lejos, los acontecimientos históricos acaecidos en ambas guerras. Podemos dirigir a los británicos, y conseguir firmar una alianza con Alemania, o con España, perdiendo ésta su neutralidad. Suceda lo que suceda, los hechos nos llevarán, inevitablemente, al conflicto más cruel de toda la historia del hombre.
En este momento, las acciones de nuestros personajes comenzarán a influir más allá de nuestras fronteras. Mandaremos a nuestros generales al frente de batalla, a nuestros espías a incitar rebeliones en puntos estratégicos, a nuestros científicos a congresos para ralentizar el desarrollo tecnológico enemigo... y en algún momento entraremos en contienda.
Las batallas pueden resolverse automáticamente, dando un resultado que se calculará según la cantidad de tropas, su tipo, influencia y nivel de los generales, tecnología... Pero si aprovechamos la posibilidad de jugarlas en tiempo real, también influirá nuestra capacidad de liderazgo y nuestra astucia. Está bien, puede que en muchos casos sea mejor que no lo haga...
Las tropas formar sobre un entorno tridimensional. La calidad gráfica del mismo es aceptable, con un nivel de detalle decente, pero sin demasiados alardes. Lo mismo ocurre con las tropas, que son perfectamente distinguibles, pero poco más. Van acompañadas de un símbolo para hacer referencia al tipo de tropa, y así ubicarnos cuando usemos poco aumento del mapa.
A nuestra izquierda, se nos mostrarán las habilidades militares del general al mando, que pueden ser utilizadas para cambiar el rumbo de la batalla. A la derecha, acciones del comandante, como ordenar un bombardeo, petición de refuerzos o vuelo de reconocimiento. No todas estarán disponibles en cada batalla, ya que dependen del tipo de tropas que existan.
Lo primero será desplegar nuestros soldados sobre la zona de influencia. Ésta es mayor cuando defendemos, y se limita a una pequeña porción cuando atacamos. Cuando estemos listos, pulsaremos 'Intro', y se iniciará la batalla. Los guerreros comienzan a moverse bajo nuestro mando, allí donde les ordenemos, con el típico manejo de la estrategia en tiempo real.
Aunque las contiendas no son impresionantes, ya que el número de tropas no es demasiado elevado, si que contienen algunos hechos refrescantes para el género. Podemos hacer uso de la artillería enemiga abandonada, atrincherarnos en una zanja o un edificio. Emboscaremos a nuestros enemigos, nos arrastraremos por el suelo o incluso correremos para llegar al objetivo.
Para finalizar el combate, tendremos que capturar ciertos puntos del mapa, o aniquilar completamente al enemigo. Como pueden incluirse refuerzos, es más complicado lo segundo que lo primero. Durante las batallas también tendremos misiones, tratando, siempre, sobre la conquista de un punto de control concreto para conseguir ciertos beneficios al fin de la guerra.
El único aspecto que nos queda, es el sonido. Los efectos son correctos, sobre todo en los enfrentamientos en tiempo real, pero lo mejor de todo es, que cada ejército está doblado en su idioma, lo que otorga gran realismo a las batallas. Durante las fases en el mapa, se limitan a un repetitivo hilo musical, acompañado de avisos sonoros para anunciar los eventos del juego.
Estamos ante una mezcla, suave y sencilla, entre estrategia a gran escala y estrategia en tiempo real. Un juego que entra dentro de la normalidad en ambos géneros, sin sobresalir en ninguno de ellos, y este puede ser el mayor problema, quedarse a medio camino entre los dos, sin llegar a captar al público de uno ni de otro. Para los que se atrevan a probarlo, disfrutarán de sus merecidos minutos de entretenimiento.
- Personajes históricos detallados.
- El doblaje propio para cada nación.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.