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Xbox One: Antes y después
Microsoft da un paso atrás con sus medidas agresivas para la next-gen. CNN: "El daño está hecho" Xbox One gana a PS4 en Amazon
La noticia del la semana y hasta se podría decir que del mes es, sin duda, el giro de tuerca que ha dado Microsoft a su agresiva y exigente política para combatir la segunda mano en su máquina next-gen, la nueva Xbox One que se lanzará a finales de año. El cambio de tercio ha eliminado la comprobación online cada 24 horas y la prohibición a usar juegos de segunda mano en la consola, pero también se ha llevado por delante otros servicios anunciados previamente por la compañía de Redmond.
Antes del E3: Declaración de intenciones
Días antes de la Conferencia de Prensa de Microsoft en el E3 2013, la compañía lanzaba un órdago informativo a los futuros compradores de su consola, detallando que la máquina se tendrá que conectar cada 24 horas de manera indispensable incluso para jugar a juegos offline, lo que colocaba a la consola lejos de viajes y hogares sin acceso a la red. Esta medida desató fuertes críticas, pues una simple caída del acceso a la red podía dejar al jugador sin la comprobación y sin horas de juego.
La política para luchar contra la segunda mano también se dejó ver, indicando que los juegos se asociarían a la cuenta de Xbox Live del jugador, de manera que no se podrían prestar en su formato tradicional dejando el disco. El sistema de intercambio no estaba del todo descartado, pues la compañía de Redmond anunció un sistema que permitía compartir juegos hasta con diez amigos de Xbox Live, pero con condiciones: ser amigos durante los últimos 30 días y no jugar al mismo título simultáneamente.
La tercera medida y quizás la primera rectificación de Microsoft tras los anuncios de Xbox Reveal de mayo fue la posibilidad de permitir que la cámara Kinect se desconecte de los juegos y aplicaciones que no lo necesiten. En la presentación inicial de la consola no solo se remarcó la importancia de la cámara para la máquina, sino que siempre debe estar conectada físicamente para que ésta funcione. La nueva medida no elimina la conexión, pero sí permite desactivar el aparato.
Durante el E3: Críticas e indignación
Con esta sólida y aparentemente inalterable declaración de intenciones, Microsoft dio forma a un pre-E3 que despertó pocas amistades entre el colectivo de los jugadores, a pesar de que prometió centrarse en los videojuegos con la nueva consola en la feria angelina. Y así fue: la Conferencia de Prensa se desarrolló presentando exclusivas (Killer Instinct, RYSE, Quantum Break, Forza 5, etc.) y servicios enfocados a los jugadores, pero dejó completamente al margen los temas escabrosos.
Fue en las posteriores entrevistas durante la feria cuando diferentes figuras ejecutivas de Microsoft desgranaron algunos elementos claves sobre la política de la consola con mayor o menor acierto. Don Mattrick, imagen visible de la consola en todo el mundo, no atinó demasiado al asegurar que los jugadores sin conexión a Internet debían permanecer con su Xbox 360 operativa, dejando con la cara a cuadros a los más de 77 millones de clientes potenciales que pueden dar el salto a su visión de la next-gen.
Lo cierto es que Microsoft dedicó sus esfuerzos en la feria angelina para defender la decisión de la conexión permanente, indicando que el precio a pagar es de pocos kilobytes –el chequeo se podía realizar hasta con el 3G del móvil– y asegurando que el usuario se beneficiaría de ventajas como el uso constante de la nube, capaz de multiplicar la potencia de la consola, tener su catálogo disponible en cualquier máquina a través de Xbox Live y compartir juegos con diez amigos.
Poco a poco, a medida que pasaban los días de feria y sumando otros anuncios poco aceptados por el público hardcore como la conversión al free-to-play de Killer Instinct –un personaje gratis, el resto de pago– o el trato a los indies, Microsoft fue respondiendo a las dudas y capeando estar en el ojo del huracán informativo, recibiendo críticas desde numerosos frentes (prensa, analistas, desarrolladores, etc.), pero descartando radicalmente cualquier cambio en su política comercial.
SONY supo sacar partido a la actuación de Microsoft anunciando que Playstation 4 no solo será una máquina más barata (399 euros versus 499 euros), sino que además no bloqueará de ninguna manera la segunda mano siguiendo un modelo completamente tradicional como en la actual generación, ni requerirá conexión permanente a Internet de ningún tipo. Entre aplauso y aplauso, casi pasó desapercibido el hecho de que con Playstation 4 el juego online dejará de ser gratuito y requerirá pagar PS Plus.
Después del E3: Rectificar es de sabios
Noche del miércoles en España. La tranquilidad informativa post-E3 va dejando margen para que el jugador se recupere del estrés de la feria. En este colchón, Microsoft da un golpe sobre la mesa dando un histórico paso atrás que elimina por completo algunos de los controvertidos elementos defendidos a capa y espada un día antes. Ni obligatoriedad a la conexión a Internet cada 24 horas, ni bloqueo a la segunda mano en los juegos en formato físico. A la basura las dos “lacras” de Xbox One.
Estos cambios, que a buen seguro están causando la simpatía de los jugadores en los foros y en las redes sociales, no vienen solos. Microsoft también ha confirmado que ciertas funcionalidades antaño confirmadas para la consola pasarán a mejor vida. Una de ellas es la posibilidad de compartir el catálogo de juegos virtual con los colegas, servicio que queda descartado con esta nueva política comercial. Los juegos en caja, eso sí, se podrán prestar como hasta ahora.
Otro punto que todavía no está del todo precisado es cómo funcionará la nube en el renacer de Xbox One, una nube abanderada por 300.000 servidores conectados y distribuidos estratégicamente por todo el globo para ofrecer un servicio mundial. La red de datos de Microsoft está preparada no solo para potenciar la comunidad de la consola, sino también para acrecentar su potencia, colocándola por sí sola con más potencia que “diez Xbox 360” unidas. Lo que sí está confirmado es que no será obligatorio instalar los juegos en el disco duro de 500 GB que viene con la máquina.
Acción y reacción
Son pocos, pero existen. Entre los defensores de la conexión permanente se encuentra Cliff Bleszinski, ex Epic Games y Gears of War, quien cree que evitar la lucha contra la segunda mano solo puede tener repercusiones negativas para la industria en el futuro con el cierre de estudios y la desaparición de las grandes superproducciones. La cruz de la moneda la pone Lorne Lanning de OddWorld, quien asegura que poner cerco a los juegos usados es tirarse piedras contra el propio tejado.
No han faltado comentarios de analistas comerciales indicando lo acertada que es la decisión de Microsoft, pero también remarcando que el cambio de tercio en el rumbo de la compañía de Redmond no garantiza la victoria de Xbox One sobre Playstation 4. De hecho, el analista analista Edward Woo de Ascendiant Capital Markets cree que el precio seguirá siendo un factor clave en la primera batalla de la next gen y prevé la superioridad de la máquina de SONY sobre la Microsoft.
En el terreno comercial, muchos jugadores han recuperado la fe por Microsoft y comienzan a tener opiniones favorables hacia la consola tal y como se está viendo en Zona Foro, donde podéis dejar vuestro comentario, pero siguen planteándose dudas con respecto a la máquina y critican aspectos como la obligatoriedad de Kinect en el paquete de lanzamiento, producto estaría encareciendo el precio de Xbox One con respecto a PS4, que no incluye cámara de serie. El primer impacto en las tiendas de la decisión no se ha hecho esperar: solo han sido necesarias unas horas para que en Amazon Xbox One supere en reservas a Playstation 4.
