Tom Clancy: Un legado de tres décadas de videojuegos

Este pequeño diálogo  es lo que contestaba a su segundo al mando el capitán Marko Ramius en la celebrada La Caza del Octubre Rojo, primera novela de uno de los insignes del Techno-Thriller y el Spy Thriller y convertida por obra de un inmenso Sean Connery y un pletórico John McTiernan en una de las mejores películas de su género y la mejor adaptación del universo Clancy que se ha rodado. Es inevitable pensar en este diálogo al enterarse de la muerte de Tom Clancy, novelista que en los últimos años encontró en su estilo un filón para el sector de los videojuegos, al tiempo que alimentó a la Novela y al Cine. Al escritor nacido en Maryland el 12 de abril de 1947 le llegó tristemente la hora el día 1 de octubre, hace apenas 48 horas, muriendo a los 66 años en una cama del hospital Johns Hopkins, sin haber trascendido aún la causa de su muerte. Y, al igual que el comandante lituano del submarino soviético Clase Typhoon modificado e indetectable, Clancy tuvo que partir a su último viaje.

Uno de los autores más populares en su campo, su cada vez mejor posición y conocimientos de los engranajes ejecutivos, militares y políticos de los Estados Unidos y otros gobiernos le permitieron crear una serie de sagas que personajes como Jack Ryan o John Clark protagonizaron, dándonos una visión de los juegos de poder, órdenes ejecutivas e intereses que se mueven a un nivel de claves de seguridad elevadas que alimentan con su secretismo la imaginación de un pueblo y unos lectores que seguían demandándole más. En ocasiones Clancy ha llegado a escribir pasajes que se han llegado a hacer reales, como en el libro Debt of Honor, publicado en 1995, y que el 11 de septiembre de 2001, el día en que América fue atacada en el corazón con los aviones estrellados contra el World Trade Center y el Pentágono, muchos recordamos ese pasaje en el que un piloto japonés estrella de forma deliberada en el libro un 747 contra el Capitolio tras la votación de Jack Ryan.

Pero, al igual que a la literatura y al cine de los últimos 30 años –Peligro Inminente y su famosa secuencia del ataque al convoy gubernamental siguen estudiándose en las escuelas de preparación de la CIA y el FBI como ejemplo de asalto a una unidad móvil-, los videojuegos también han encontrado en estas historias de espías un filón que no nació en 2002 con el superespía Sam Fisher, sino mucho antes. Sus novelas Red October y Red Storm Rising dieron pie a varios juegos de simulación de submarinos a finales de los 80/principios de los 90.

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Pero fue en 1996 cuando Clancy tuvo la visión de fundar Red Storm Entertainment para aprovechar el creciente mercado del videojuego –estamos en la 5ª Gen, la época del auge de la primera PlayStation y el auge de juegos en 3D. En 1998, Ruthless.com sorprende con un juego de estrategia basada en turnos en el que somos el CEO de una compañía que debemos de hacer crecer, estableciendo alianzas e incluso recurriendo a maniobras criminales y haciendo “todo lo que haga falta” para triunfar, lo que lo aleja del mero simulador de negocios.

Pero el nombre Tom Clancy es sinónimo en este sector de sagas con 2 y 3 generaciones de antigüedad, y la primera fue la serie Rainbow Six, que hasta el momento lleva 16 entregas entre títulos y expansiones, y que ayudaron a definir una experiencia de juego FPS en primera persona más basada en las estrategias, la colaboración, el subterfugio, la planificación y el uso de una o dos balas para abatir objetivos en vez de entrar vaciando cargadores al estilo Rambo. Con la entrega Rainbow Six: Vegas en 2006 como nuevo punto de eje, la IP permanece en un estatus que aún se desconoce si seguirá, ya que la entrega que viene de nuevo a renovar sus esquemas, rebautizada como Rainbow 6 Patriots, sigue en proceso ahora para la generación de PlayStation 4 y Xbox One, con un teaser inicial bastante contundente y un cambio en su director creativo que lleva a pensar en una remodelación tan particular como la que Splinter Cell vivió en su entrega Convictions.

No nos alejamos para nada de la acción militar táctica encubierta, ya que otra de las IPs con el nombre Tom Clancy precediendo a su título es Ghost Recon. Con 13 entregas producidas por Red Storm Entertainment y un MMO en el mercado, Tom Clancy’s Ghost Recon hace suya la estrategia militar para ponernos al mando de un grupo (ficticio) encubierto llamado Ghosts, constituido por distintas clases de soldados, cada uno con una especialidad y un papel en el grupo, por lo que planear una acción, un asalto, es esencial antes de ponerlo en práctica. Las varias entregas y expansiones, como Jungle Storm o Advanced Warfighter, nos llevaron por todo del mundo, pasando por carteles de la droga colombianos, ultranacionalistas rusos o misiones en Ciudad Juarez.

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Fue en la más reciente entrega, Future Soldier, que la serie miró al futuro y a un uso de armas y gadgets más avanzados, aunque las críticas por abandonar su parte táctica en comparación con otras entregas fue algo criticado, pasando a ser un shooter de disparons más basado en la cobertura, por lo que no fueron pocos los que se preguntaron si Future Soldier se inscribe en la acción táctica o no. La versión de Xbox 360 es particularmente conocida, ya que Ubisoft implementó el uso de su cámara Kinect a la hora de acciones como personalizar el armamento, usando gestos y comandos de voz de forma parecida a como Tony Stark monta sus trajes en los films de Iron Man.

Pero si hay una saga conocida y un personaje ideal para moverse por las conspiraciones, los campos de batalla que el autor plasmaba en sus novelas, ese es sin duda Sam Fisher, más conocido como Splinter Cell, una apuesta arriesgada de Ubisoft por la acción Stealth dominada por Solid Snake y sus Metal Gear Solid en la que la veracidad fue el factor dominante, con indicadores de luz, gafas de visión térmica y nocturna y armamento para despachar uno a uno a los enemigos en el más absoluto silencio. Redefiniendo la infiltración a un nuevo nivel de más veracidad, Splinter Cell ha sido una de las joyas de la corona de Ubi, con una recordada trilogía en la gen de PlayStation 2 y Game Cube que culminó en Chaos Theory, considerado por muchos como el mejor de toda la serie. Con nuevos capítulos que siguen –el más reciente se estrenó este pasado verano con Blacklist-, lo cierto es que el personaje no ha vuelto a brillar con el fulgor de sus primeras entregas, sobre todo con capítulos como Conviction, que aunque bien recibido, su cambio a una acción estilo Jack Bauer en la serie 24 fue criticado por los amantes de la infiltración tradicional.

En la época más reciente, los juegos con el nombre y los transfondos de Tom Clancy han dado pie a dos series tan distintas como son EndWar, pura estrategia táctica en tiempo real –aunque por turnos en las versiones de portátiles- que usa el escalofriante tema de la 3ª Guerra Mundial de fondo, y H.A.W.X., que no eleva a los aires en un arcade de acción aérea al estilo del veterano Ace Combat que contiene uno de los mejores escaneados de terreno para los escenarios. Pero si hay un título que será recordado por ser el último anunciado mientras el lietrato aún vivía ese será Tom Clancy’s The Division, a buen seguro no el último con su nombre antes del título. Obra como no podía ser de otra forma de Ubisoft para esta nueva generación de sistemas que comienza, el esquema de shooter en tercera persona se asociará con el de un juego online MMO con toques de RPG en el que moverse, actuar y compenetrarse en equipo prometen ser sus claves, dentro de un escenario que muestra un Estados Unidos colapsado tras una plaga que se ha extendido de forma  no accidental mientras vigilamos y cuidamos los restos de una sociedad que ya no existe. Este es el último paso de una larga tradición de videojuegos que hemos visto de manera rápida, y que dan fe del testamento Clancy en nuestro sector.

“La vida es aprendizaje, cuando dejes de aprender, mueres”

Tom Clancy

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