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MadWorld

MadWorld

  • PlataformaWii8
  • GéneroAcción
  • DesarrolladorPlatinum Games
  • Lanzamiento20/03/2009
  • TextoEspañol
  • VocesEspañol, Inglés
  • EditorSEGA

Festival de hemoglobina

Un premio de cien millones de dólares para el ganador del reality-show más macabro del planeta, y en medio del concurso se encuentra Jack, de noble pasado pero oscuro presente, para desatar una orgía sangrienta de cómic animado. Desmembramos el juego más salvaje de la presente generación y una de las apuestas más hardcore de Wii.

Actualizado a

Faltan muy pocos días, exactamente 10, para que todo aficionado al cómic, cine gore, videojuegos de autor, y por supuesto mayor de edad, pueda disfrutar en casa de la sangrienta experiencia Madworld. En medio de una ciudad poblada por psico-killers, descubrimos el lado más salvaje del ser humano, que no es otro que el sangrante lado de adentro. Platinum Games, compañía de reciente creación en la industria del videojuego, gestada al recelo de Capcom y fundada por cerebros del extinto estudio Clover como Shinji Mikami, Hideki Kamiya o Atsushi Inaba, con quien hablábamos hace bien poco, se estrena con esta peculiar, violenta y atractiva propuesta. Con tan sólo 85 empleados en nómina trabajan en cuatro proyectos repartidos por casi todas las plataformas de juego: Star Chasers, Bayonetta, un proyecto todavía secreto dirigido por Mikami y el festín de sangre y vísceras que hoy nos ocupa.

Mientras diseccionamos el título que distribuye SEGA, no podemos evitar recordar la expectación que ha levantado por toda la red desde que fueran publicadas las primeras imágenes en mitad de su desarrollo. Con una estética de cómic contemporáneo y un desarrollo ultra violento, este juego exclusivo de Wii esfuma la indiferencia de cualquier opinión vertida durante todo este tiempo. Utilizando una paleta cromática reducida a tres colores -monocromo más rojo sangre-, Madworld muestra en escena una calidad artística de la que pocos juegos pueden presumir, y lo hace de forma explícita al gusto del jugador. No se podía pedir menos, viniendo de manos de quién viene.

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También podemos percibir que nos encontramos ante uno de esos juegos creados con mimo pensando en el público al que van dirigidos, ya que ante todo, MadWorld no es un producto para todo el mundo, no apto para un publico casual habitual de la consola de Nintendo, ni tampoco para menores. Con una trama adulta cargada de suspense, la violencia vestida de humor negro es el vehículo en el que se desvelan los oscuros secretos de aquellos que tiran de los hilos en Varrigan City. Todo una delicia para el jugador tradicional que venía demandando títulos de este corte en Wii.

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Ahora con más sabor a polémica
Precisamente hemos hecho memoria acerca del 'hype' levantado durante la creación de este título, y uno de los motivos que más dieron que hablar fue el de encontrarse en el ojo de la controversia y el sensacionalismo. Muchas han sido las voces que se han alzado en contra de la salida de Madworld por su alto contenido violento. En sitios con la legislación más dura como Alemania ha sido prohibida su comercialización, no así en cambio en Australia, donde pese a tener la misma facilidad de prohibir videojuegos con este tipo de contenidos, verá la luz pocos días después de llegar al viejo continente sin atisbo alguno de censura. Decidimos por ello preguntar a SEGA acerca de los pormenores de evasión de la censura, revelándonos que ellos anunciaron desde un principio que el juego sería exclusivamente para mayores de dieciocho años, siendo su baza ante los organismos reguladores más conservadores que su estética de cómic huía de cualquier coincidencia de pretender algo realista. De esta forma, Madworld llegará tal y como fue concebido por sus creadores sin ningún recorte de terceros.

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Y lo que hay es violencia extrema, salvaje y gratuita. La obra de Platinum Games pone al jugador en el papel de Jack… Jack a secas, lo más parecido a un armario empotrado y equipado con un brazo biomecánico del que surge una motosierra. A partir de ahí tenemos a nuestra disposición una ciudad llena de trampas mortales y maníacos (unos más que otros) a los que desmembrar, reventar, empalar y desollar de mil maneras distintas. Cuanto más grandes y variadas sean las matanzas y mutilaciones, mayor puntuación. Comencemos la masacre...

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Arte Gráfico
Madworld no sale bien parado en su apartado meramente técnico, de hecho la resolución que muestra en pantalla es el standard 480i, algo que ya no estamos acostumbrados a encontrar en la actual generación de consolas, resultando un acabado algo pobre en cuestiones de nitidez. Tampoco vamos a encontrar efectos de postprocesado ni complejos motores de iluminación, incluso si nos fijamos bien comprobaremos que la carga geométrica resulta escasa tanto en escenarios como personajes. Pero realmente no precisa disponer del último alarido en motores gráficos para tener un acabado visual espectacular y detallado.

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El juego es pura belleza artística expresada en contrastes de blanco y negro salpicados de rojo; una viñeta en movimiento completamente lograda con trazos a mano o el gusto por el detalle expresado de la manera más gore posible, con una dirección que no escatima en colocar la cámara en el punto exacto para apreciar un empalamiento como es debido. Aunque los enemigos desaparecen una vez muertos (con la excepción de aquellos que dejamos clavados y bien clavados), toda la sangre desparramada permanece tiñendo de rojo allí donde pasemos. Tampoco todo es perfecto, y la imitación de algunas texturas con tinta negra quedan un poco fuera de lugar, como, por ejemplo, la arena de un jardín zen, o la lluvia convertida en dientes de sierra, pero son detalles aislados que no manchan un acabado general vistoso e impactante a pesar de la resolución de imagen. Sin duda una gran labor de diseño artístico y poesía visual por todos los rincones del escenario.

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Que comiencen los juegos
Bienvenidos al programa Deathwatch de la emisora pirata ShockTV. Este año la sede de los juegos más sangrientos del planeta ha sido Varrigan City, tomada por la organización terrorista responsable del programa, y donde las apuestas mueven millones de dólares gracias a los enfermizos sponsors. Nos metemos en el papel de Jack, un antiguo marine con un pasado lo suficientemente oscuro para acabar participando en sádico y despiadado concurso.

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El objetivo es sencillo: Jack debe sobrevivir según las exigencias de sus patrocinadores, los cuales estarán encantados de indicar a nuestro antihéroe los objetivos a seguir y de facilitarnos armas para desarrollar nuestros instintos homicidas más aún. Para ello, deberemos tener contenta a la audiencia ingeniando maneras de matar a cada cual distinta, por lo que el jurado nos dará puntos con el fin de ascender en el ranking hasta la primera posición. En nuestros esfuerzos por conseguirlo descubriremos quién merece morir y quién no en Varrigan City, además de un jugoso premio de cien millones de dólares.

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El desarrollo del juego es completamente lineal, aunque podremos volver a recorrer una fase ya jugada en el menú de selección de nivel, que hace las veces de mapa de la ciudad, se echa en falta una capacidad explorativa no tan limitada. Se supone que hay un ranking por el que ascendemos a medida que matamos, pero realmente completando un nivel pasaremos de una posición a otra, sólo hay que llegar al marcador de puntos requerido para enfrentarse al jefe final de turno. Lo que sí podremos es recorrer cada fase de arriba abajo (aunque no siempre) encontrando pobres incautos que despedazar, ya que la ciudad está repleta de trampas mortales, que se activarán cuando los realizadores del programa consideren oportuno para poner la situación más interesante.

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Es el momento de aprender a matar con estilo. Nuestro primer sponsor, enigmáticamente llamado XIII, nos pondrá al corriente de cómo manejar a Jack y poner el entorno a nuestra disposición para realizar combos con los enemigos. A mayor variedad machacando, mayor puntuación. Cada fase debe ser completada en un límite de tiempo, teniendo que conseguir una determinada puntuación para avanzar. Si matásemos siempre de la misma manera apenas conseguiríamos aumentar el marcador, por lo que hay que incrementar el combo mientras nos sea posible.

Realizar los combos es sencillo, por un lado tenemos las habilidades propias de Jack tales como apresar, soltar puñetazos a toda velocidad, ganchos y sopapos a golpe de wiimando, amén de tajos con la motosierra, llegado el momento podremos realizar fatalities para rematar a un enemigo. Por otro, tendremos objetos para recoger del escenario, bien sean armas facilitadas por los patrocinadores tales como una gigantesca tijera, cuchillas, lanzas, bates con clavos, palos de golf, etc, que se manejan de manera diferente cada una, sirven para desbloquear y participar en los desafíos sangrientos, de los que hablaremos más adelante; o bien sean objetos del escenario como señales de tráfico, neumáticos, cubos de basura, barriles incendiados. Pulsando A podemos coger tanto enemigos como objetos, y cada vez que pasamos junto a un punto a realizar una determinada acción, se mostrará un esquema de uso del mando y/o el nunchuck.

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Podemos coger, por ejemplo, un neumático y al pasar junto a un enemigo, una imagen del wiimote en la pantalla subiendo será la acción a imitar, con una breve secuencia apresamos al objetivo incrustándole la rueda en él. Si tenemos una señal cercana podemos atravesar su cabeza con ella. Por último lo agarramos y pasamos junto a un muro sembrado de estacas, momento ideal para agitar el mando una y otra vez mientras Jack lo clava y arranca repetidas veces provocando una orgía de dolor y muerte. Existen diferentes lugares donde sesgar la vida de los otros concursantes, así en la ciudad encontraremos contenedores de basura donde rematar un castigado cuerpo, y, sin embargo, un acuario en un lujoso castillo servirá igualmente para lanzar gente como alimento para pirañas.Por desgracia, en demasiadas ocasiones comprobaremos que no variamos en exceso los movimientos a realizar, si no que simplemente Jack realiza acciones diferentes dependiendo de los acontecimientos.

Pueblan a su vez los escenarios cajas que contienen ítems con distintos efectos; a píldoras y cebollas que reponen nuestra barra de vida, se le suman objetos tan dispares como bolsas rellenas de paja, maletines repletos de billetes, o enormes filetes de carne cruda, todos con un mismo propósito: tener reunidos a los enemigos sin que te presten atención ya sea cegados por la paja de la bolsa, recogiendo billetes del suelo, o comiendo carne a mordiscos respectivamente. Sólo hay que coger dichos objetos con el botón A como se coge cualquier otro objeto o víctima y lanzarlos arqueando el mando. Dada la nula agresividad de la que responden los enemigos, el uso de estos objetos no supone realmente una ventaja notoria.

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Maníacos poco agresivos
La primera vez que juguemos a Madworld no tendremos posibilidad de elegir dificultad, resultando un paseo casi la totalidad de la aventura, ya que los enemigos son pasto de los jamones serrano que tiene Jack por brazos, muy fácilmente. La diversión en este caso pasa por la ingente variedad de formas de matar, puesto que los enemigos no atacan a menudo. Dependiendo del nivel y situación pueden existir diferencias, por ejemplo, los ninjas del bistro japonés atacan más contundentemente que los zombies del castillo, pero éstos sólo mueren si los rajas con la motosierra o los empalas. En medio de la encarnizada lucha tendremos asegurados diferentes divertimentos según nuestra habilidad aplastando cráneos. Por un lado tenemos los semijefes, con los que deberemos afinar nuestro brazo biomecánico y el uso de esquivar con un golpe seco de nunchuck. Los jefes finales -prodigios del diseño todo hay que decirlo-, tienen una mecánica parecida, al final acabamos empleando la misma táctica para vencerles: fijamos la cámara en ellos dejando pulsado el botón C y giramos a su alrededor esquivando ataques y cortando con la motosierra según tengamos oportunidad, una vez sesgamos parte de su barra de vida, se inicia un Quick Time Event en el que tendremos que mover el mando como se nos indique en la pantalla.

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Entre jefes y semijefes encontraremos las pruebas del Desafío Sangriento (Bloodbath Challenge), momentos en los que el autodenominado 'Obispo del Sufrimiento' explicará a los televidentes en qué consiste un minijuego antes de morir a manos de la azafata de turno. Estos minijuegos son tan diferentes como divertidos: en un tiempo límite por ronda, realizaremos tareas tales como ver a cuanta gente somos capaces de meter en una prensa hidráulica antes de que esta baje, lanzar a asesinos que huyen desesperadamente a la turbina de un avión, o practicar nuestro swing arrancando cabezas de cuajo y lanzándolas a través de aros suspendidos en el aire con nuestro palo de golf. Descubrir todos los desafíos sangrientos será necesario para explotar la faceta multijugador del título, puesto que se limita única y exclusivamente a un modo a pantalla partida de estas pruebas, y compitiendo a ver quién consigue más puntos. Si disponemos de un amigo contra el que competir, aunque esté mal visto puedes cogerle y machacarle si vemos que su contador comienza a ser más abultado que el nuestro. No hubiera estado de más incluir el modo historia con la misma posibilidad de jugar en compañía. Podemos decir entonces, que Madworld necesitaba haber pulido concienciudamente detalles referentes al multijugador.

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Retransmitiendo en directo
Pese a que todas y cada una de las secuencias se encuentran en versión original subtituladas convenientemente a nuestro idioma, los alocados comentaristas del programa Deathwatch narrarán nuestras peripecias en perfecto castellano. Dichos comentaristas son realmente ocurrentes y divertidos, contando al público cómo asesinamos y masacramos con chascarrillos propios de una retransmisión de un combate de la WWF. Todo un acierto el doblaje de estos dos peculiares tipos a cargo de ensalzar nuestro actos para la audiencia, aunque si hubiese aumentado SEGA un poco más el presupuesto para localizar el título, hubiésemos dispuesto de el juego doblado por completo. Una lástima.

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Por suerte, las voces en inglés suenan muy convincentes, y con frecuencia lo que más escucharemos serán los gritos de indecible sufrimiento de nuestras víctimas, que al fin y al cabo resulta ser un idioma universal. La banda sonora se nutre básicamente de temas de trip-hop, acid rap o electrobeat. Ritmos que agradan al principio, pero que en ocasiones se vuelven machacantes y repetitivos cuando pasamos demasiado tiempo en un nivel, si por algo no será recordado Madworld, sin duda será por su banda sonora, ya que en ocasiones estuvimos tentados de quitar el volumen. El resto de efectos sonoros cumple con lo que podíamos esperar de un juego con semejante puesta en escena: la motosierra suena como tiene que sonar, los huesos crujen convincentemente, y la sangre chorrea que es un placer sentir como palpitan las arterias del enemigo bombeando hemoglobina al mundo. Nada que reprochar en este aspecto.

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8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.