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El Ministerio de Industria escucha las peticiones de Adese

En la Cámara de Comercio de Madrid se ha debatido sobre el lamentable estado del desarrollo de juegos en España.

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La industria del videojuego crece exponencialmente. Todos los sabemos y no se cansan de repetirlo. La facturación mundial del mercado actualmente es de más de 20 mil millones de dólares, y se espera que para 2008 sean 45 mil millones. La Asociación Española de Distribuidores y Editores de Software de Entretenimiento (aDeSe) nos sitúa como cuarto país europeo en facturación por detrás de Inglaterra, Alemania y Francia, y sexto del mundo tras Estados Unidos y Japón. Esto en cuanto a facturación, donde todos nos regalamos los oídos y nos tocamos las palmas.

Carlos Iglesias, Ignacio Pérez Dolset y Borja Martínes de la Rosa durante la conferencia en la Cámara de Comercio de Madrid.

Pero cuando empezamos a hablar de desarrollo en nuestro país, las cifras caen estrepitosamente, y entramos a competir en países como Polonia o Hungría, completamente en la cola, y en una posición que muchos tacharían de ridícula. Para profundizar sobre la situación y desarrollo de la industria del Videojuego en España, aDeSe nos citó esta misma mañana en la Cámara de Comercio de Madrid. La elección del lugar era justificada, pues por primera vez este tipo de convocatorias contaba con la presencia directa de un portavoz del Ministerio de Industria y Fomento.

La situación es bien clara: Esto no va bien. Tan sólo un 0.5% de los videojuegos que se venden en España son producto nacional, y lo es aún menor en el mercado mundial, aunque parezca difícil. El mercado tiende a unificar cada vez más porcentaje en menos títulos, abarcando 20 o 30 juegos el 50% de las ventas anuales, dejando la mitad de la tarta a los otros cientos (o miles) que salen a la venta.

Para exponer en profundidad esta situación desde todos los puntos de vista posible, dirigía la mesa de debate Carlos Iglesias Redondo, Secretario General de aDeSe. El plantel de ponentes lo componían Ignacio Pérez Dolset, Director General de Proein y Pyro Studios, Borja Martínez de la Rosa, Representante de Apax Partners, Rafael Martínez-Avial, Director General de Electronic Arts España, y Salvador Soriano, portavoz del Ministerio de Industria y Consumo.

El principal problema es el círculo vicioso en que ha entrado el desarrollo español. Si no hay gente con experiencia no estamos capacitados para crear juegos, y si no hay juegos, no hay desarrollo, y por lo tanto no hay experiencia… La excepción que confirma la regla es Pyro Studios. Ignacio Pérez Dolset tiene claro que su triunfo "fue porque apostamos por un producto del que no existía referente. Fuimos los primeros en concebir el estilo de juegos ‘Commandos' y eso fue lo que nos situó en las primeras posiciones en todo el mundo".

Ignacio hizo especial hincapié en las dos vías que el mercado español puede triunfar: o con apoyos institucionales y apuestas arriesgadas, o con desarrollos modestos pero que toquen palos hasta ahora desconocidos. En este terreno, tomó la palabra, Borja Martínez de la Rosa, asegurando que un proyecto puede ser excelente sin una inversión desorbitada. "Por ejemplo, Luminnees, a mi juicio el mejor juego de PSP, es un puzzle a lo Tetris y gráficos simplísimos, pero con una jugabilidad endiablada".

Rafael Martínez-Avial (izquierda) expuso sus problemas para trabajar en España al representante del Ministerio Salvador Soriano.

Hablando sobre el lado positivo del videojuego como industria, defendieron otras vías en el desarrollo del videojuego español. La mano de obra es un tercio más barata que en Estados Unidos o Reino Unido, y el plantel de ingenieros es enorme, pero poco especializados en los videojuegos. Donde sí goza de buena salud es en el terreno de los móviles: 10 personas y 50.000 € dan como resultado un producto rentable, lejos de los 12 millones de euros que pueden disponer equipos de desarrollo canadienses para un solo juego. En palabras de Rafael Martínez-Avial, Director General de EA España, "nuestra inversión este año en el videojuego español fue de 10 millones de dólares, y el año que viene será similar, pero estas inversiones no van de cara al desarrollo sino a otras facetas del videojuego, como la localización a distintos países". El problema es que como él mismo afirmaba, "estas inversiones pueden irse tarde o tempranos a países de Europa del Este con una mano de obra barata".

La mayor crítica que se hizo pública y por la que el Ministerio de Industria y Consumo estaba allí presente era por el nulo apoyo gubernamental a la industria, mientras que en otros países gozan de subvenciones del 30 al 60% de la inversión total. Además se criticó la mala imagen de los videojuegos. Sigue pareciendo una industria infantil, más que un aparato de ocio electrónico se le trata como un juguete y carente de presencia mediática.