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Dr. Luigi

Dr. Luigi

  • PlataformaWiiU7
  • GéneroPuzle
  • DesarrolladorNintendo
  • Lanzamiento15/01/2014
  • TextoEspañol

Dr Luigi, Análisis

De fontanero a doctor, Luigi sigue los pasos de su hermano y protagoniza la última iteración de la saga de puzle de Nintendo. El año de Luigi sigue su curso con un título fiel a los orígenes, aunque menos ambicioso de lo esperado. Ya disponible en la tienda digital de Wii U.

Actualizado a

Dr Mario es una franquicia que se estrenó hace ya 24 años, concretamente el 1990. La idea era aprovechar el filón de juegos de puzle comandados por el éxito superlativo de Tetris pero con sus propias mecánicas. La entrega inicial ofrecía unas grandes dosis de adicción y diversión, y no han sido pocas las entregas que han salido a posteriori. Ahora, como colofón al “Año de Luigi”, el hermano larguirucho de Mario protagoniza Dr Luigi, una puesta a punto de la fórmula que conocimos décadas atrás y que llega además con algunas novedades al frente para hacerlo nuevamente atractivo. Aunque por el camino se han olvidado algunas cosas que parecían imprescindibles.

La fórmula de este Dr Luigi responde a un tipo de videojuego de puzle habitual en los ochenta y noventa. Una pantalla vertical desde la que caen diversos objetos que deben encajar y un formato que está inspirado en Tetris, obra maestra donde las haya. En este caso, eso sí, no luchamos para hacer líneas completas horizontales, sino para acabar con una serie de bacterias que hay escampadas por el escenario. Hay tres tipos de enemigos a acabar distinguidos por su color y nuestra única arma serán una serie de píldoras que tienen dos colores, uno a cada lado (algunas pudiendo ser enteras del mismo color). Estas píldoras se pueden cambiar de posición horizontal o vertical, y cuando hacemos una línea del mismo color con cuatro o más espacios, desaparece. Así, si encadenamos tres partes de píldora amarilla con una bacteria amarilla, ésta pasará a mejor vida. Cuando acabamos con todas las bacterias superamos la fase.

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Esta descripción se basa en el juego clásico, el de toda la vida de la serie y que aquí se llama Retroterapia. La fórmula de Dr Mario y ahora Dr Luigi siempre ha tenido éxito por esa mezcla de sencillez de opciones con complejidad de soluciones. Las píldoras solo tienen dos posiciones, cuando desaparece una línea la otra parte de la pastilla cae y eso significa dos cosas: si ponemos una serie de piezas verticales, tal vez eliminamos una línea pero luego nos quedan dos colores unidos complicados de eliminar; cuando vamos en horizontal, es importante calcular la caída de la parte anexa a la línea que creamos, ya que nos podemos complicar el nivel si hacemos “tapones” que nos impiden llegar a zonas inferiores de la pantalla. Tiene su enjundia, exige velocidad de reacción y la propia disposición de bacterias, la velocidad de caída de las pastillas y los cálculos del “después de hacer línea” hacen que el juego tenga mucho más de lo que parece en un primer momento.

Al modo principal se añaden extras, como jugar contra un amigo o contra la CPU. El objetivo es acabar con las bacterias antes que nuestro rival, con un añadido: si hacemos cadenas (que los fragmentos sobrantes de una línea también se alineen al caer) y combos de líneas (dos o más líneas a la vez) añadiremos fragmentos a la pantalla de nuestro rival complicándole la vida. A esto se añade la modalidad Flash, que nos propone eliminar bacterias que brillan antes que nuestro contrincante. En todos estos modos podemos elegir tanto la dificultad del nivel (tres posibilidades) como la velocidad a la que bajan las pastillas.

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La gran novedad de Dr Luigi es el modo L, que da un toque distinto al juego de toda la vida de Nintendo. Aquí, en lugar de una sola píldora, lanzamos dos pastillas unidas de tal manera que hacen la forma de una L. Lo que puede parecer una propuesta anecdótica se convierte en un reto de lo más interesante, ya que siempre hay una parte de esta L que queda descolgada y si no calculamos bien nuestro movimiento tendremos problemas. El tipo de pastillas y la variedad de colores de uno de los extremos de la forma de L nos dará dolores de cabeza, porque por norma bloquearemos nuevos caminos cuando busquemos hacer una línea fácil. Este modo también cuenta con versus con CPU y otro jugador y la variante Flash. Cuando competimos con alguien, si hacemos cadenas o combos lo que sucede al rival es que cambian los colores de los fragmentos que tiene en pantalla.

El tercer gran modo que completa el juego offline es Bactericida, que nos permite jugar con el control de movimiento, arrastrando las cápsulas por la pantalla para colocarlas donde consideremos. Éstas bajan algo más lentas que las partidas normales, y a cambio tiene su propia dificultad cuando aparecen a la vez más de una pastilla en pantalla y tenemos que colocarlas todas lo más pronto posible. Este tipo de modo ya se vio anteriormente con propuestas similares en un minijuego de Brain Age 2. En esta entrega podremos, jugando off-tv, cambiar la posición del mando de Wii U a una posición vertical.

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Dr Luigi en línea
Jugar en línea es uno de los grandes ganchos de Dr Luigi, que nos permite competir con jugadores de todo el mundo viendo nuestro cómputo de victorias, y también la posibilidad de organizar duelos con amigos o uniéndonos a alguna partida que hayan creado ellos mismos. Hay dos modalidades disponibles en línea, L de Luigi y Retroterapia, ambas con sus categorías clásica o flash. La experiencia online es satisfactoria en el sentido que encontrar partidas no es demasiado complicado –al menos en este estreno- y no hay problemas de lag ni nada similar, pudiendo jugar de manera óptima como si estuviéramos en modo local. Una vez ganada o perdida una partida podemos elegir continuar con el contrincante ante el que estamos compitiendo.

Uno de los problemas de Dr Luigi, eso sí, es que siendo la última de las entregas después de varias iteraciones, no cumple con el propósito de más y mejor. Estamos ante un juego que bien podría apostar por un multijugador a cuatro mandos –Wii U es, entre otras cosas, una consola que apuesta por el juego en compañía- en lugar de limitarlo a dos jugadores como está, que a nivel de modalidades no es el más extenso de la serie (en este sentido, el ejemplo a seguir sería Dr Mario 64) y que más allá del off-tv, no se ha explorado ninguna idea de juego asimétrico ni explotación de las bondades de Wii U.

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Estamos ante un título funcional en lo visual que además de ofrecernos a Luigi con bata lanzando pastillas, celebrando victorias y lamentando derrotas, también tiene pequeñas secuencias entre fases que acompañan perfectamente nuestro avance. La presentación, dicho de otra manera, es correcta para un juego que no pretende ofrecer gráficos a la última ni innovaciones audiovisuales (podemos cambiar el tipo de bacterias entre retro y nuevas). A nivel sonoro, diversas melodías remezcladas y fácilmente reconocibles si hemos jugado alguna vez a la franquicia, con toques divertidos como el hecho que en el modo bactericida las notas van a cámara lenta, acompañando una acción más pausada como la que ofrece este modo. El título llega con los textos en castellano.

7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.