Continúa la caza de brujas

Pese a que Marvelous Games es una compañía que parece haber empezado a cobrar importancia en los últimos años, lo cierto es que se fundó allá por el año 1997. No obstante, No obstante, sería en 2003 cuando empezasen a tener fuerza sus lanzamientos jugables, tanto desde el papel de desarrolladora como en el de editora y distribuidora. Pero hay algo que comparten la gran mayoría de sus producciones: el marcado estilo nipón. Harvest Moon, Little King's Story, No More Heroes, Baroque, Arc Rise Fantasia, infinidad de licencias de anime (Beck, Gunslinger Girl, Ah! My Goddess!, Negima!....), Lux-Pain, Bomberman Story, el desaparecido Rainy Woods… son algunos de los títulos que se asocian con la compañía japonesa, y como se puede observar, hay de todo.

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Donde parece haber encontrado un filón la compañía en esta generación, lo cual también le ha permitido explotar su potencial más allá de la ínsula nipona, es en las plataformas de Nintendo. Tanto Wii como DS reciben una gran cantidad de títulos con el sello de Marvelous; es la oportunidad que tenemos de disfrutar de buenas obras que, antaño, no podíamos ni soñar con ver fuera del territorio japonés. Este fue el caso del notable Luminous Arc para DS, un juego de estrategia por turnos bastante interesante, obra de Imageepoch. Esta desarrolladora no lleva una carrera muy extensa, pero ya cuenta con interesantes títulos para DS (7th Dragon y Sands of Destruction, bajo el auspicio de Sega, y la franquicia Luminous Arc con Marvelous) y Wii (Arc Rise Fantasia).

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Resulta curioso que estemos hablando hoy de la segunda entrega de la franquicia Luminous Arc, cuando es cuestión de tiempo que la tercera parte vea la luz en Japón. No obstante, Rising Star Games, la distribuidora del juego en Europa, parece haberse tomado su tiempo antes de decidir dar el paso definitivo de cara a traernos esta secuela. Si bien el primer Luminous Arc llegó a todo el mundo a lo largo del mismo año 2007, la segunda parte se estrenó en Japón ya en mayo de 2008. Afortunadamente, la espera parece haber llegado a su fin, y los amantes de los juegos de corte nipón están de enhorabuena, con un nuevo título de calidad notable que sigue los pasos de su predecesor con bastante acierto.

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Unos científicos han ideado un orbe de poder, que puede ser la clave para conseguir la fuerza necesaria como para acabar con la amenaza de la guerra de las brujas. No obstante, en medio del frenesí de un ataque, acaba viendo cómo ese orbe se conecta con Roland, persona completamente ajena al experimento. Gracias a este artefacto, Roland es mucho más poderoso, y adquiere habilidades únicas, viéndose obligado a tomar parte en esta gran batalla en nombre de la asociación de magia, a quienes la Reina encomendó la tarea de acabar con el problema. Esto es todo cuanto resulta interesante del argumento, ya que por lo general es bastante ligero y no profundiza en exceso, con pocas sorpresas o giros argumentales inesperados. Una mera excusa para conectar las secuencias de combate, y en caso de que no nos satisfaga, podremos saltarlas para acceder directamente al campo de batalla.

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Con respecto a la primera entrega, en gran medida todo sigue igual. Por ejemplo, el hecho de que juguemos en la pantalla inferior mientras la superior se reserva para ofrecernos las estadísticas de los personajes, tanto protagonistas como enemigos, que estén involucrados en ese momento en la acción. Según ataquemos, iremos ganando DP que luego podremos invertir en grandes ataques especiales, y la gran particularidad en el planteamiento de los combates es la habilidad de Roland para cambiar de clase, magia y habilidades en medio del enfrentamiento, como resultado de su inesperada fusión con el orbe; puede conectarse con las brujas durante cinco turnos, y utilizar su poder, aunque sólo una vez por batalla.

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Además, los personajes aprenden ataques extra especiales, uno por cada, que se adquieren por argumento llegado el momento. Pero, más allá de los ligeros retoques a los menús y de algún cambio de presentación en los combates, hay cambios importantes en la dinámica de juego. Para empezar, podremos determinar si queremos jugar con el lápiz táctil o bien utilizar los mucho más precisos y cómodos cruceta y botones frontales de nuestra DS. Además, el sistema de experiencia ha cambiado mucho, ya que ahora cada personaje recibe lo correspondiente a lo que hagan; un ataque normal puede dar un porcentaje pequeño de experiencia, mientras que sólo quien aseste el golpe final obtendrá un gran número de puntos.

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Este sistema complica mucho las cosas, ya que es mucho más difícil subir de nivel, y por lo general nos encontraremos bastante por debajo de la habilidad de nuestros enemigos. Resulta bastante extraña esta decisión de diseño, ya que los turnos de los personajes (no turno de jugador y de enemigo, sino turnos individuales para cada protagonista y cada enemigo) están delimitados de antemano, y no podemos hacer nada para modificarlos; si queremos subir de nivel a un personaje concreto, tendremos la complicación añadida de tener que forzar para que sea él quien aseste el golpe definitivo. Si sólo queremos avanzar por el argumento (algo prácticamente imposible, con la gran necesidad de subir niveles que sufriremos), los combates estarán predestinados, aunque tendremos a nuestra disposición misiones secundarias que sustituyen a los combates aleatorios.

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Dejando a un lado la presentación de los personajes en las secuencias de diálogos, durante los combates nos encontramos con sprites de los personajes, de tamaño un tanto pequeño pero bien recreados, con pocos píxeles y, por tanto, nítidos y bastante bien reconocibles. Los enemigos, por su parte, no difieren demasiado de los de la primera entrega, y la gran mayoría son los mismos, pero con pequeñas modificaciones menores, como el color. Siguiendo con la tendencia de este tipo de títulos, tampoco faltarán las secuencias de vídeo, de estilo anime, que ofrecen una calidad bastante elevada; estas se limitan a la secuencia de introducción y a los dos finales del juego, pero son tan buenas que dejan con ganas de que hubiese más durante el desarrollo de la aventura.

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El apartado sonoro es correcto, con algunas melodías buenas y otras bastante más típicas, que se adaptan con acierto a las diferentes situaciones que se nos presentan en pantalla. Destacar que hay un gran número de líneas de diálogo dobladas, aunque desconcierta un poco el hecho de que estas sean aleatorias, siendo imposible llegar a discernir en qué momento podremos esperarnos voz o no; la calidad de este doblaje, en completo inglés, tampoco es nada del más allá, pero se antoja un añadido interesante y curioso. Por lo demás, la jugabilidad es prácticamente idéntica a la del primer Luminous Arc, con dos sistemas de control (táctil o tradicional) y dos finales que nos tendrán pegados a la pantalla de nuestra DS durante bastantes horas.

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