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Crazy Frog Racer

Crazy Frog Racer

Una rana dando tumbos

Crazy Frog llega por primera vez a Nintendo DS con un juego bastante peculiar. Carreras en ciudades futuristas, personajes extraños y una rana que tararea canciones con un ritmo sin igual. Todo esto y nada más en un juego de carreras con muy poca gasolina que quemar.

Actualizado a

Pensar que una rana puede conducir un coche puede ser una idea en cierto modo peculiar. Pensar que, además de conducir, también canta, es más singular todavía. Pero en esto de los videojuegos, o mejor dicho, la cultura de masas, todo vale. Para sacar un buen puñado de dólares cualquier fórmula es buena. Ésta es una máxima que gana especial relevancia en nuestro querido mercado del ocio electrónico.

Nintendo DS cuenta con un excelente catálogo de títulos que abarcan gran amplitud de géneros. Pero entre tanto título sobresaliente, siempre suele colarse alguna que otra oveja negra, uno de esos juegos que aunque es merecedor del recurrido apodo 'vende consolas', sí que entretiene al público general. Por otra parte, esta marabunta de títulos de gama media cuenta entre sus filas con inevitables juegos de dudosa procedencia.

Crazy Frog Racer (Nintendo DS)
Crazy Frog Racer (Nintendo DS)

Este problema no es ni mucho menos exclusivo de Nintendo DS. Como se suele decir, esto pasa en toda casa de vecino. Por suerte o por desgracia -todo depende de un punto de vista-, este redactor ha tenido el privilegio de analizar algunos de esos juegos a evitar para la portátil de doble pantalla. Por muy dura que sea nuestra misión, analizar títulos para valorar su calidad, siempre tendremos que enfrentarnos a este tipo de juegos.

Ahora, a proezas del mundo digital como el nefasto retorno de Superman o el indomable King Kong hay que sumar ese Crazy Frog Racer, un título en cuyo análisis vamos a comprender por qué debe ser evitado a toda costa. Prepárate para conducir vehículos con una rana y su padilla de extraños amigos

G r á f i c o s   y   s o n i d o

Simples y horrorosos. Estos dos adjetivos son lo suficientemente claros como para definir la calidad gráfica de Crazy Frog Racer. Sabemos que Nintendo DS no es la plataforma más puntera en lo que tecnología se refiere, pero durante sus dos de vida han aparecido en el mercado notables títulos que han aprovechado a la perfección su particular potencial.

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Introducir este cartucho en la consola y encenderla es cuando menos desalentador. En primer lugar, esta adaptación del juego de carreras cuenta con una copiosa cantidad de fallos gráficos. Y no se trata de errores pasables y completamente puntuales, sino de fatales fallos que aumentan más si cabe la desventura del título. Prepárate para correr en circuitos en los que la carretera aparece a medida que  avanzas, y los edificios y demás elementos decorativos -tampoco es que destaquen por ser multitudinarios- hacen acto de presencia cuando menos te lo esperas.

Crazy Frog Racer (Nintendo DS)

La distancia de dibujado es mínima, casi inapreciable, quedando reducida a tu vehículo y los aledaños de éste. El clipping -aparición repentina de texturas- es uno de los efectos mejor conseguidos por el equipo de desarrollo del título. Para colmo de males, la gran mayoría de las texturas son planas, carentes de profundidad y utilizan resoluciones muy bajas, algo que desemboca en una continua pixelización de paredes.

Los circuitos mantienen bajo el nivel en todos los sentidos. A la pobreza de las texturas hay que sumar la escasa variedad de escenarios, con tan sólo tres competiciones que albergan un total diez circuitos, todos excesivamente repetitivos entre sí. En cada copa visitaremos localizaciones temáticas como la ciudad o las cloacas y recorreremos circuitos estéticamente muy similares en los que tan sólo cambia el camino a seguir.

Crazy Frog Racer (Nintendo DS)

En el terreno sonoro Crazy Frog Racer, un título dedicado en exclusiva a una rana marchosa, bien podríamos suponer que guardaría las formas. Sin embargo, y a diferencia de la versión para PC, que aunque era simple por lo menos nos dejaba escuchar temas de la Axel F, en Nintendo DS el juego deja mucho que desear. En cierto modo es intolerable que tras disfrutar de una notable calidad sonora en otros títulos tengamos que ser víctimas de temas musicales casi en formato midi.

J u g a b i l i d a d

En el terreno jugable, Crazy Frog Racer deja bastante que desear. Se trata de un título de coducción bastante limitado por si sólo; muchísimo más si lo comparamos con los grandes del género lanzados para la portátil de doble pantalla. La idea de juego es simple: compite en diversos escenarios contra tres personajes más.

El juego cuenta con tres competiciones y tres niveles de dificultad. En cada competición tendrás que jugar tres carreras distintas, cada una con tres vueltas a interminables escenarios que, como ya comentamos, son repetitivos al máximo. La posibilidad de movimiento en los escenarios queda limitada a pulsar el botón "b" para acelerar y girar con la cruceta, algo que no es completamente obligatorio ya que nuestro personaje puede seguir la ruta chocándose con las paredes.

Crazy Frog Racer (Nintendo DS)

No es complicado ganar una carrera ni en el nivel "difícil". Estos se debe a que la inteligencia artificial es de todo menos inteligente. Tus contrincantes avanzarán por el escenario chocándose unos con otros, haciendo giros bruscos y quedándose incluso atorados cuando alguno se ponga delante. La única forma de que nos adelanten es arrojando a nuestro personaje por uno de los precipicios. Pero esto no será problema ya que pulsando de nuevo "b" los adelantaremos de nuevo en cuestión de segundos.

Crazy Frog Racer (Nintendo DS)

Al modo competición hay que sumar otros dos: la carrera individual, que nos permitirá seleccionar escenario y corredor para jugar una carrera rápida; y el modo contrareloj, para batir marcas, si es que nos quedan ganas. Finalmente, el título hace gala de un modo multijugador en red local para hasta cuatro jugadores simultáneos.

Crazy Frog Racer (Nintendo DS)

C o n c l u s i ó n

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Crazy Frog Racer tiene todas las papeletas para ganarse el galardón de peor título del año en la portátil de Nintendo. Se trata de un juego vacío, que no aporta nada a un género que ya cuenta en la plataforma portátil con grandes exponentes.

Gráficamente, Mercury Games no ha sabido trabajar como es debido creando un título con escenarios pobres y muy repetitivos. Los fallos gráficos son también bastante graves y se hacen notar con excesiva frecuencia.

La jugabilidad de Crazy Frog Racer es mínima: diez circuitos, tres torneos con tres escenarios cada uno, todos muy similares entre sí, un modo contrareloj y otro carrera indiviual y para de contar. El multijugador es casi anécdotico y, sinceramente, será muy difícil encontrar a más de un jugador con este título.

En definitiva, si quieres un buen título de carreras lánzate a por Mario Kart, apúntate a las carreras de Cartoon Network o espera unos meses a Diddy con sus vehículos.

L o  m e j o r

  • Que haya títulos de su género más recomendables

L o  p e o r

  • Aburrido, repetitivo y limitado
  • Gráficamente pobre
  • En NDS, esta rana canta fatal
2

Muy Malo

No tenemos paciencia ni para seguir mirando el resto de opciones para no salir más defraudados. No te lo compres, es un despropósito.