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Pokémon Rojo

Pokémon Rojo

Análisis Pokémon 20 Aniversario: Rojo, Azul y Amarillo

La primera generación, sin haberse ido nunca, vuelve con fuerza apelando tanto a la nostalgia como al triunfo de la pura jugabilidad sobre los aspectos técnicos.

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"Gotta Catch 'Em All!"

Finales de 1999. La navidad se sentía ya en el ánimo de los jóvenes estudiantes. Aún en clase, antes de salir al recreo, nos reunimos los de siempre a hablar del tema que estaba en la cabeza de todos. “Esta tarde sobre las seis, verdad” – “Sí, en la cinco. Yo no me lo voy a perder”. No podíamos quitarnos de la cabeza que se estrenaba la serie de Pokémon. Esa que llevaba la tele días anunciando. Ya hacía tiempo que “Pokémon” se había convertido en un nombre conocido. Todos intuíamos, y los que leíamos revistas de videojuegos de gratis en la biblioteca sabíamos, que ese juego lanzado para Game Boy un par de meses antes estaba llamado a ser algo más que un juego. El papel, mientras clamaba que era una fiebre en Japón, se preguntaba si la pasión por los monstruos de bolsillo repetiría éxito en España.

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Esta historia íntima, que variará de persona en persona, es fundamental para entender por qué el relanzamiento de un juego cuya creación comenzó cuando España se preparaba para las olimpiadas de Barcelona o la Expo de Sevilla y en Japón se despertaban aún del estallido de su burbuja económica (los preparativos de “Capsule Monsters”, su primer título provisional, datan de 1990). No dejemos que la nostalgia nos engañe. En lo técnico, Pokémon nos llegó ya viejo. Corría sobre un hardware que ya había celebrado su décimo aniversario meses atrás y el propio juego estaba ya cerca de llevar un lustro en el mercado. Para colmo, el mismo mes de su lanzamiento, con una semana de diferencia, Dreamcast debutaba en el mercado acompañada de títulos como Soul Calibur o Sonic Adventure. Shenmue estaba anunciado. PS2 sonaba ya como una certeza. La propia Game Boy había sido desplazada por un hardware superior, la policromática Game Boy Color.

Y sin embargo, arrasó. Porque era un juegazo. Poco importaron los gráficos en blanco y negro o la penosa traducción (Ese contador…). Kanto era un lugar del que sentirse ciudadano, que permitía echar a volar la imaginación gracias a sus pueblos, su gente y sobre todo, su fauna. Aunque no lo era estrictamente, transmitía parte de la emoción que años después ha movido la industria hacia los juegos de mundo abierto. Y el énfasis en compartir e interactuar con otros jugadores, el principal gancho comercial, anticipaba un futuro de juego social, que en la que compartir tus progresos con tus colegas es parte integral de la experiencia.

Tener esto en cuenta explica por qué el relanzamiento de unos juegos que, como señala su efeméride, hace 20 años que se pusieron por primera vez a la venta, es relevante. E incluso más allá, explica el porqué de este relanzamiento. Porque estos cachos de software plagados de bugs lanzados en Europa casi un lustro tarde, técnicamente obsoletos ya en su lanzamiento, que adelantaron tendencias en el videojuego y se ganaron el corazón de una generación, son una parte relevante de la historia de los videojuegos. Y hasta ahora, la única forma de revivir eso era desempolvar la Game Boy y cambiarle las pilas. Lo que nos encontramos en este port a Nintendo 3DS son los juegos tal cual salieron. No contaremos con las funciones típicas de un emulador: la única opción del menú de la pantalla táctil es reiniciar la partida, más un riesgo que una opción práctica; contamos también con las opciones de cambiar los cuatro tonos de gris por el verde original y cargar el juego en su resolución original de 160x144 puntos con un marco que reproduce la propia Game Boy.

Tampoco hay mejoras de rendimiento, por lo que todo funciona a ese mismo ritmo parsimonioso, con ese framerate de cuando aún nadie se preocupaba por el framerate. A cambio, todas las funciones clásicas (intercambio de Pokémon, batallas en el Coliseo…) se han adaptado para no limitar en ninguna forma la experiencia original. En este sentido es importante mencionar que, a diferencia de Rojo y Azul, la versión Amarilla cuenta con todas las funciones adicionales con las que salió en su momento: gráficos en color, corrección de bugs, Pikachu como acompañante fuera de la Pokéball o el minijuego de Surf del propio roedor eléctrico (una especie de Excitebike sobre las olas), entre otras mejoras. Además, solo los usuarios de estas versiones podrán participar entre ellos en el Coliseo mejorado, que incluye la posibilidad de organizar torneos entre ellos (siempre de forma local).

Pero lo más destacable es que se ha cuidado el que funcionen en esta versión todas las funciones del Cable Link que tan relevantes fueron para los juegos en su momento. Adaptadas ahora a la era de la comunicación inalámbrica, dos amigos que se compren cualquiera de las tres versiones podrán medir sus habilidades como entrenador enfrentándose en el coliseo, o simplemente compartir el resultado de sus horas de esfuerzo en intercambios. Imprescindibles, como siempre, para completar la Pokédex.

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Pero no todo podía ser tan fiel al pasado. Este port suma una de las novedades de la actual generación de videojuegos: los parches. La posibilidad de subir tus capturas al Banco de Pokémon para incorporarlos posteriormente a tus partidas de Pokémon Sol o Luna se incorporará en una futura actualización. Esta función requerirá contar con una subscripción activa en este servicio de pago. Es importante fijarse en el detalle de que solo se ha mencionado a estos dos últimos títulos y no los anteriores. La evolución en el proceso de las características internas de los Pokémon  los movimientos que puede aprender de la 1ª a la 6ª generación romperían, como muchos usuarios han destacado, el juego online. Está por ver cómo The Pokémon Company va a afrontar este problema en la 7ª.  Resulta también un poco decepcionante que se implemente opciones online en este juego exclusivamente para este propósito, y no para el intercambio de Pokémon o el coliseo. Quizá para una futura actualización.

En el aspecto sonoro, vuelve aquella música de las batallas, de los centros Pokémon, esos sonidos únicos de cada especie que forzaban a la Game Boy a ofrecer 151 maneras de reproducir gruñidos. Nada de esto se ha tocado. Si bien puede resultar algo cargante para los oídos de hoy en día, el factor nostalgia enjuaga en parte ese problema. Es de destacar que, para ayudar a los seguidores de la saga ya a acostumbrados a las últimas versiones a volver al pasado, el juego incluye un muy completo manual digital con la descripción de todos los objetos presentes en el juego o entender las diferencias con las últimas generaciones para los recién llegados (la defensa y ataque especial están combinadas, no hay habilidades, Las MT solo pueden utilizarse una vez…)

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7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.