Raven's Cry, análisis

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Raven’s Cry lleva, desde hace algún tiempo, luchando por vivir, por llegar al mercado después de no pocos problemas en su desarrollo (entre los que se encuentran dos retrasos y un cambio de estudio) tras levantar la expectación de los aficionados a la vida pirata con promesas de un juego realista, que de verdad iba a recrear El Caribe como se merecía, como un mundo sucio lleno de maldad y violencia. Esto, precisamente, junto a la impresionante Edición de Coleccionista es de las pocas cosas que han logrado captar nuestra atención ya que el juego, en líneas generales, no da la talla por ningún lado.

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En Raven’s Cry tomaremos el control de Christopher Raven, un sádico y malvado pirata que lo único que quiere es engordar su bolsa de monedas de oro y convertirse en leyenda, como cualquier otro pirata. Sin embargo, al poco de iniciar nuestra aventura Raven se encontrará con un fantasma del pasado, con una facción que asesinó a toda su familia cuando era tan solo un niño y que nos dará una excusa para emprender una oscura e interesante (aunque no original) aventura a nivel argumental.

Sin embargo, la de por sí entretenida e interesante historia difícilmente es capaz de enganchar lo suficiente como para que el jugador pase por alto todos los problemas con los que cuenta el título, que no son pocos, más aún si tenemos en cuenta que el juego no se encuentra ni doblado ni subtitulado al castellano y que pese a que en líneas generales el uso del inglés no es demasiado complejo si cuenta con algunas expresiones y palabras que serán difíciles de entender para todos aquellos que no tengan un buen nivel de la lengua de Shakespeare.

Pero no solo es eso, sino que también nos encontraremos con problemas en los diálogos, ya no solo fijándonos en las pobres animaciones faciales a la hora de seguir las conversaciones de los personajes, sino por un doblaje que no resulta demasiado acertado y por varios fallos en el sonido, que llega incluso a omitir las voces de algunos de los personajes que nos iremos encontrando, aunque desconocemos si es por algún problema del juego o porque no han dado voz a todos los protagonistas con los que nos encontramos.

Este es uno de los errores más importantes, pero no el único, ya que a nivel técnico el título no llega a dar la talla para lo que se espera de un juego de la nueva generación de consolas o de PC amén de que en algunos aspectos rinde casi al nivel de los títulos del principio de la pasada generación. Nos referimos, ante todo, a las animaciones y a las físicas del juego (prácticamente inexistentes), toscas, demasiado simples y con dudosa fluidez, sobre todo a la hora de nadar, de saltar o de realizar algunos movimientos. A nivel gráfico el juego tiene varios contrastes, con texturas que se ven bastante bien en la pantalla y que hacen un gran conjunto mezcladas con otras que no están a la altura, sobre todo cuando nos fijamos en los cabellos o en los líquidos y he aquí lo más sangrante ya que uno de los aspectos menos trabajados, a nivel gráfico, es el agua, precisamente una gran protagonista en un juego de piratas que, adelantamos, tiene su mejor cara cuando nos encontramos en el mar.

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Viendo la insuficiente calidad de algunos de estos aspectos podríamos pensar que, por lo menos, podríamos ejecutar el juego a una tasa de frames alta y estable, pero nada más lejos de la realidad, ya que Raven’s Cry, en PC, sufre de continuos problemas de rendimiento, con tearing, una molesta niebla para disimular el popping en el mar abierto, caídas de frames en situaciones aleatorias y con algunos errores que nos tiran al sistema operativo el juego en la versión de PC. Este problema parece acentuarse en Mac, donde hemos podido ver quejas de algunos usuarios a través de Steam.

A nivel visual otra de las cosas que fallan es la interfaz del juego, poco atractiva y demasiado simple para los tiempos que corren. En los combates, por ejemplo, veremos como una barra roja bastante simple nos indica la vida del enemigo o como aparece la experiencia al matar un rival o lo que saqueamos de su cuerpo muerto con unas simples letras blancas que no causan ningún impacto visual. El diseño de la misma tampoco es demasiado acertado, ya que nos hace perder de vista de continuo el centro de la pantalla, indicándonos, por ejemplo, la distancia hacia nuestro objetivo con un pequeño número en el lateral inferior izquierdo de la pantalla.

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En cuanto a los combates en tierra firme, lo cierto es que no gozan casi de ningún atractivo, con fallos a la hora de ejecutar ataques que parece que no impactan en los enemigos, un sistema de bloqueo tosco y un focus al enemigo que sirve más bien de poco, ya que resulta bastante ineficaz y aleatorio. Sí que contamos con alguna habilidad algo atractiva, como un remate que usaremos pulsando la tecla 4 y que es bastante espectacular pero que quizás sea el único punto bueno en este tipo de situaciones. A esto hay que sumarle el mal trabajo con las físicas y con el sonido del que ya hablamos antes, ya que al impactar a un enemigo el juego no nos da una verdadera sensación de que ha pasado algo, sin un sonido claro y sin un peso en el movimiento de nuestra arma, ya que lo atraviesa sin ninguna gracia como si no hubiera nada delante y el pobre desgraciado cae al suelo de forma bastante poco natural cuando cae presa del filo de nuestra espada.

Y todo esto que os decimos anteriormente es una pena, ya que lo cierto es que el juego tiene algunos elementos bastante atractivos como la ambientación en El Caribe, un mundo representado tal y como querían sus desarrolladores, de una forma cruel y oscura, sin tapujos, un mundo lleno de suciedad, de violencia de piratas, de burdeles, de bebida, sangre, orín y sexo que encantará a todos los apasionados de esta época histórica, todo ello acompañado de algunas misiones bastante interesantes y que nos ponen en  la piel de un pirata, como la de aceptar encargos para asaltar naves enemigas, buscar tesoros, batirnos en duelo bajo las leyes de la piratería para obtener una embarcación, todo ello aderezado con minijuegos como los típicos dados en las tabernas y con una continua toma de decisiones que afectará al futuro del desarrollo del juego.

La parte marítima de Raven’s Cry también cumple con solvencia, con un sistema de gestión, mejora y compra de nuevos barcos que resulta bastante atractiva y que recuerda en ocasiones a algunos simuladores estratégicos de comercio y combate de la época. Tendremos que reparar nuestro barco, adquirir una nueva embarcación mejorar el casco, las armas, buscar nueva tripulación para mejorar su rendimiento y tener más posibilidades de salir vivos de los combates y de las misiones que tendremos que realizar en mar abierto que resultan bastante interesantes y que hace que el juego gane muchos enteros en esas partes aunque siguen resultando insuficientes.

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