Guild Wars 2

Probamos por primera vez el esperado título de ArenaNet y detallamos aspectos como la creación de personaje y los primeros momentos en el mundo de Tyria.

Por primera vez, un grupo cerrado de jugadores ha podido probar de forma restringida a Guild Wars 2, permitiendo así por primera vez conocer de cerca algunos de los elementos que buscan convertir a Guild Wars 2 en un MMO especial. Lo cierto es que hay mucha información de un proyecto que lleva un largo proceso de desarrollo y ya varios eventos en los que se han podido conocer bastantes detalles del mismo. Pero la oportunidad de jugarlo y experimentarlo permite comprobar cómo algunas de esas ideas que buscan revolucionar el género se aplican en un espacio real y jugable, una oportunidad para comprobar si ArenaNet va por el buen camino en su búsqueda de renovar algunas de las convenciones más arraigadas del género.

Uno de los primeros objetivos de esta prueba fue el de hacer ciertas pruebas, empezar a calibrar el aguante de los servidores y otros elementos preparatorios para lo que será la fase Beta cerrada, era una oportunidad para Arenanet de comprobar su juego en un espacio más real que el de sus propias pruebas cerradas con testers. Pero al mismo tiempo era una gran oportunidad de conocer detalles interesantes sobre aspectos que si bien se podrían tildar de "menores", en realidad pueden ser enormemente importantes para los jugadores habituales del género en general y de Guild Wars 2 en particular.

Nuestros primer paso era ver el proceso de creación de personaje. Era la pimera vez que podíamos trastear a fondo con el sistema y empezar a calibrar sus posibilidades, que de momento resultan de lo más satisfactorias. Una vez elegida la raza, lo siguiente es elegir género y clase, para a continuación seleccionar entre toda una serie de rasgos físicos. Es posible definir altura y tipo de cuerpo, pudiendo seleccionar entre una serie de cuerpos de mayor y menor masa muscular, incluso con opciones de crear personajes fuertes pero algo barrigones. Dependiendo de la raza es posible seleccionar algunos rasgos específicos, como por ejemplo los tatuajes con los que los Norns pueden adornar su cuerpo. Un aspecto agradable es que el vestuario inicial del juego es bastante decente en cuanto a estética, por lo que no empiezas en el mundo con unos harapos; se supone que el personaje que creas ya tiene cierta posición y comienza a destacar dentro de su entorno, por lo que el vestuario inicial refleja eso. Cada clase tiene un equipamiento básico bastante aparente y propio -los Guardianes comienzan con una cota de malla protectora mientras que los Mesmer cuentan desde el principio con su arquetípica máscara, a elegir entre tres variedades.

Es posible elegir entre diferentes tipos de caras, diferentes peinados, barbas y bigotes, por lo que las opciones de configuración son realmente amplias y será difícil encontrar dos personajes exactamente iguales. Además, los jugadores podrán personalizar tanto los colores del pelo como los de las piezas de armadura, accediendo así a un abanico incluso mayor de opciones. Una vez definido completamente el aspecto físico, se pasa a elegir algunas de las opciones de contexto y personalidad con el que se quiere dotar al personaje, lo que afectará a elementos de su historia personal, estilo de diálogos y otros matices que harán felices a los roleros. Las elecciones cambian en función de las clases y las razas, por lo que por ejemplos los Norns deberán elegir uno espíritus guardianes para que sea su guía mientras que los humanos deben seleccionar a uno de los seis dioses que determinan el componente religioso de esta sociedad.

Una vez completado se pasa a una fantástica escena de introducción usando arte e intercalando a nuestro personaje en él para explicar la actual situación de su pueblo y el papel del jugador en el conflicto contra los poderosos dragones que se han alzado, amenanzando con consumirlo todo. En esa introducción empiezan a tenerse en cuenta algunas de las decisiones tomadas en el proceso de creación y es algo que se notará a lo largo de la aventura en las distintas conversaciones con los NPCs, por lo que está claro que la elección no es irrelevante desde el punto de vista narrativo. Una vez finalizada la épica presentación, ya se está preparado para recorrer el mundo de Tyria, una vez más.

Fiel al espíritu que se quiere imponer de no ir con tópicos, Guild Wars 2 empieza poniendo al jugador directamente en la acción. Como Norn, los primeros pasos suponen avanzar en medio de una montaña a la caza de una pieza lo suficientemente impresionante como para entrar en La Gran Caza, un evento que junta a los guerreros más prometedores para que puedan probarse ante los suyos y comiencen así su camino a la gloria. Incluso en nivel uno, los enemigos que pueblan esos montes tienen un tamaño considerable y desprenden sensación de fuerza y poder. Por supuesto, esos primeros combates no son difíciles de ganar, es todo muy básico, pero al menos se crea la ilusión de que se está haciendo algo relevante y peligroso, no simplemente una tarea más para enseñar los elementos básicos del juego.

Los primeros momentos como humanos son incluso más dramáticos, pues ponen al jugador en medio de un pueblo asaltado por centauros, por lo que tiene que abrirse paso hasta encontrar una figura de autooridad que le ayude a encontrar la mejor forma en la que puede ayudar. Una vez logrado integrarse en las fuerzas de defensa, comienza un intenso asalto de centauros, incluyendo su líder, un shaman que invoca a un enorme elemental de tierra que amenaza con destruir la fortaleza y a tus compañeros de armas. Desde ese momento se pueden apreciar algunas de las mecánicas básicas de combate, que van a ir más allá del mero baile de habilidades hasta encontrar lo más efectivo. Por ejemplo, una de las particularidades es que es posible evitar ataques especialemente peligrosos mediante un movimiento de esquiva, de forma que es posible reaccionar a tiempo frente a ciertos ataques de área que de alcanzar al personaje, pueden ponerlo en aprietos. También es particularmente útil en PVP, donde aprender a usar este sencillo movimiento puede ofrecer múltiples ventajas al jugador.

A lo largo del fin de semana pudimos comprobar diferentes aspectos de Guild Wars 2 que están llamados a ser muy relevantes de cara al futuro del juego. Por ejemplo, pudimos comprobar que lo de no depender de los roles tradicionales va en serio y que es posible usar activamente las habilidades de los personajes para mitigar y curar daño, por lo que cada miembro es realmente responsable de su supervivencia en última instancia, aunque siempre será más efectivo si sus compañeros contribuyen y ayudan. Las habilidades curativas no son gratuitas y tienen un coste, por lo que son movimientos con riesgos y recompnesas que premian a aquellos que saben medir mejor los tiempos. Por ejemplo, un Mesmer cuenta con la habilidad de curarse siempre y cuando destruya sus ilusiones, por lo que aunque recupera salud también pierde potencial ofensivo momentáneamente. Esa responsabilidad propia y dependendencia en las habilidades y juicios de cada uno determina aspectos como el sistema de degradación de objetos; los objetos sólo se degradan si caes derrotado, obligándote entonces a poner dinero para reparaciones, pero no se gastan por uso, así que los jugadores que menos caigan, serán los que menos paguen.

Uno de los aspectos que pudimos empezar atisbar en este primer contacto es el de PVP, y en particular el prometedor sistema de Mundos contra Mundos, que tiene el potencial de ser algo realmente grande. En mapas enormes con cientos de jugadores, integrantes de tres servidores distintos intentan tomar, controlar y defender puntos clave como enormes fortalezas para afianzar su dominio sobre el territorio. Hay un complejo entramado de sistemas de soporte, recursos y posibilidades que permiten tanto construir estructuras en puntos claves para ayudar en su defensa como conseguir armas de asalto de gran calibre como catapultas, golems o cañones con los que que apoyar la ofensiva, convirtiendo las batallas en auténticos sitios. Las batallas pueden durar horas y los combates son feroces, integrando tanto a grandes grupos organizados -que serán los principales candidatos a tomar o defender las enormes fortalezas que componen el territorio PVP-, como a grupos pequeños e incluso a jugadores individuales, que podrán marcar la diferencia realizando ataques específicos a líneas de suministros y contribuyendo al ataque en general.

Guild Wars 2 es un juego inmenso con múltiples facetas, por lo que unas cuantas horas de prueba apenas dan para rascar la superficie, pero lo visto hasta ahora es tremendamente convincente y describe a un juego capaz de entusiasmar tanto a lo que están buscando un juego puramente PVE como a los que necesitan de una experiencia intensa y distinta del tradicional PVP -que por otro lado también está presente en el juego-. Cada clase -profesión en Guild Wars 2- resulta distintiva y presenta una gran gama de posibilidades en función del equipamiento y de los Traits equipados, por lo que las habilidades de dos personajes de la misma clase pueden ser radicalmente distintas las unas de las otras, contribuyendo a mantener ese elemento de personalización que ha estado presente desde el primer juego. Por si estas primeras impresiones no fueran ya suficientemente positivas, ArenaNet acaba de anunciar que el juego llegará con textos y servidores en castellano desde el primer día, reconociendo así la nutrida comunidad de aficionados al juego que hay en España. Se podrían hablar de otras cosas, como las fabulosas incursiones en el agua, recorriendo ruinas y barcos hundidos mientras combates usando una serie de armas y habilidades distint,as pero habrá tiempo en los próximos meses para profundizar en ese y en otros aspectos mientras el estudio termina de definir sus planes de Beta y lanzamiento. De momento, hay que quedarse con la idea de que Guild Wars 2 va muy en serio con las promesas que ha puesto sobre la mesa, la mejor noticia posible para un género que necesita el impulso de nuevas y osadas ideas.