Fable, Impresiones (Xbox)

En España y en el resto de Europa no se pondrá a la venta hasta el 29 de octubre, pero por gentileza de Microsoft en Meristation ya lo hemos jugado. Y sí, ya podemos decir que Fable será en breve uno de los mejores títulos del catálogo de Xbox. Si éste es uno de esos juegos que os hacen suspirar, echadle un vistazo a las primeras impresiones que os hemos preparado.

Y es que Mr. Molyneaux es, como le gusta autodenominarse a si mismo, un ideógrafo. Alguien que imagina cosas y espera que los demás sean capaces de convertirlas en realidad. Eso hace que muchas veces se pierdan cosas por el camino, dada la grandiosidad del planteamiento inicial; pero también ocurre que el producto final queda impregnado de algo de esa magia que el diseñador sintió cuando se planteó el presentar su proyecto.

Fable es sin duda uno de los juegos más ambiciosos que Peter Molyneaux se haya planteado nunca. Más aún que Dungeon Keeper, un título en el que ya trabajó con el programador principal de este Fable, Simon Carter, y que ponía al jugador a los mandos de un ser maléfico que debía acabar con cuantos héroes, brujos y paladines se le pusieran por delante creando, gestionando y dirigiendo un ejército de seres abominables. Fable puede considerarse, incluso, más pretencioso que Black & White, el experimento jugable que no dejó indiferente a nadie y que puso en la pantalla de los ordenadores de todo el planeta un sistema de Inteligencia Artificial que pretendía romper moldes.

El pasado miércoles 15 de agosto se produjo el lanzamiento estadounidense de Fable y las primeras reacciones de la prensa especializada no se hicieron esperar. No fueron pocos medios los que se lamentaron de que muchas de las promesas que brotaron durante los cerca de 4 años que ha durado el desarrollo de  de Molyneaux han caído finalmente en saco roto. No hay juego cooperativo, la libertad de acción es relativa y la famosa frase de que "cada acción tiene una consecuencia" prácticamente sólo tiene sentido en lo que atañe a las víctimas que liquidéis.

Las notas inferiores al 9 se han visto en muchas publicaciones, y aunque ésto ha desencantado a muchos jugadores que esperaban encontrar en Fable un nuevo KOTOR, Halo o Ninja Gaiden, lo cierto es que nadie le puede negar al último título de la factoría Molyneaux que es un juego de una calidad y de unas posibilidades fuera de toda duda. Criticar a Fable es no conocerlo, es dejarse llevar por los perjuicios, pues la obra de Lionhead Studios y Big Blue Box Studios es uno de esos juegos que tan sólo aparecen una vez cada mucho tiempo.

Una vez dicho ésto, pasemos a conocer algunas de las principales características de Fable, olvidándonos de tanta promesa, incumplida o no, y centrándonos en lo que finalmente se puede encontrar en el juego, que no es poco. Y es que este título, a pesar de todo, marcará época.

Así, la vida del héroe en ciernes se ve trastocada totalmente, y su día a día a partir de entonces se centra en entrenarse para convertirse un día en un poderoso guerrero dotado de la fuerza necesaria para acabar con aquellos que atacaron el lugar que tanto amaba. Gracias a la aparición de un misterioso personaje que se hace llamar Mace entra en la Guarida de los Héroes, el lugar en el que los paladines del mañana sin descanso para prepararse para conquistar un día la gloria.

Como ya podéis imaginar, nosotros encarnaremos a ese héroe sediento de sed de venganza y hambre de gloria. Desde sus primeros combates con los puños desnudos hasta dominar las artes mágicas, seréis testigos de la evolución del personaje. En la Guarida de los Héroes dejará atrás la infancia y los años de juventud,  para adentrarse luego en su edad adulta y embarcarse en las aventuras que le esperan en el mundo de Fable, las tierras de Albion.

Relacionado con ésto están las llamadas Puertas de Cullis, que no son otra cosa que tele-transportadores estilo Star Treck y que os permitirán moveros de un sitio a otro de Albion de forma rápida y segura. El héroe podrá, a su vez, dirigirse instantáneamente a según qué sitios utilizando sus poderes mágicos, para ahorrar tiempo y encuentros que pudieran ser desafortunados... No es que el mapeado del mundo de Fable sea excesivamente grande, pero debido a su diseño de recorrido lineal, que obliga a pasar por A y B para llegar a C, moverse por él de continuo a pie puede provocar que acabéis aborreciendo según que pantallas.

Habrá tiendas de todo tipos, desde los tradicionales ultramarinos en los que podremos adquirir casi cualquier tipo de objeto, arma o poción, hasta otras en las que podréis comprar un título por el cual la gente pasará a conoceros de una forma determinada. Al principio se os llamará "Chicken Master", pero, por un módico precio, podéis ser conocidos por apodos más "respetables" como el "Avatar" o el "Ranger", "Asesino" o "Peregrino". A vuestra elección queda.

También podréis adquirir vistosos tatuajes que modificarán el aspecto de vuestro personaje, haceros un peinado estilo el último mohicano o compraros una armadura último modelo con la que ser la envidia de todos los héroes del Albion...

Dependiendo de una gran cantidad de factores, como las acciones pasadas que hayáis cometido -principalmente robar o atacar a ciudadanos "inocentes" o, por el contrario, haber escuchado las súplicas de vuestros prójimos -, incluso el mismo aspecto físico, ropa y tatuajes que lleve el personaje que controléis incluidos. Y es que cada pieza de ropa o símbolo tribal tendrá asignados unos modificadores de belleza o de pavor que influirán de una forma u otra en los personajes que os vayáis encontrando.

Habrá misiones secundarias que presentarán de forma clara la disyuntiva de hacer el bien o hacer el mal. Por ejemplo, habrá una en la que tendréis que elegir entre defender a un mendigo de un bocazas que le está haciendo pasar un mal rato o, por el contrario, uniros al matón de pueblo para meterle más caña aún al indefenso indigente para que recoja sus escasas pertenencias y abandone su puesto de mendicidad.

Cada personaje tendrá un aura que os indicará, a primer golpe de vista, la interacción que podréis llevar a cabo con él. Si es de un color violáceo, tan sólo podréis intercambiar alguna palabra. Si, en cambio, portan un aura verde, eso significa que estos personajes tienen algún tipo de problema o posibilitan una interacción en la que podréis influir activamente. Personajes con este tipo de aura suelen ser las tiendas móviles o la gente que  Eso sí, todos los gestos y expresiones que hayáis acumulado gracias a vuestras peripecias podréis utilizarlos con cualquier personaje, siempre que éste no sea un enemigo, a los cuáles los distinguiréis por su aura roja... Y por su actitud netamente agresiva.

De forma muy gráfica, y con un estilo que recordará al visto en otra de las creaciones de Lionhead Studios, Black & White, con los dos consejeros que representaban el Bien y el Mal, cada vez que realicéis una acción susceptible de ser evaluada, en la pantalla aparecerá el símbolo de un Ángel, con su correspondiente aureola, o por el contrario la cara de un diablo. Además, encima del correspondiente símbolo de bondad o maldad aparecerá una cifra, la cual hará referencia al nivel de bien o del mal que hayáis puesto en gala. Incluso se ha implementado una aureola que aparecerá sobre la cabeza de los héroes más bondadosos, o unos cuernos que saldrán de la frente de los más despiadados...

Pero aquí no se han hecho milagros. El criterio de bondad o maldad es excluyente, es decir, una acción no puede ser recompensada de dos formas diferentes: o es buena o es mala. Por ejemplo, golpear a un ladrón no nos otorgará puntos de bondad si no acabáis totalmente con su vida, pero hacer lo propio con un aldeano sí que os  reportará directamente puntos de maldad. Para conseguir los mismos puntos Molyneaux será un visionario, pero magia, de momento, no se puede hacer en ésto de los videojuegos.

Aunque para conseguir que el personaje sea completamente bueno, es decir, que no cometa ni una sola maldad, hay que ir con los ojos muy abiertos y andar con los pies de plomo, ser un ser auténticamente maligno hay que ponerse verdaderamente las pilas. Y es que si empezáis a hacer diabluras por Albion os tendréis que enfrentar a una amenaza extra que no es para anda anecdótica: los soldados. Éstos, que además se regenerarán a medida que vayáis liquidándolos, son bastante más duros que muchos de los enemigos que os encontraréis vagando por ahí.

Estos gestos han sido inspirados directamente por uno de los juegos más originales de los últimos tiempos, el juego para PC más vendido de la Historia, Los Sims. Como en el título de Maxis, del que por cierto se acaba de poner a la venta su segunda parte, se ha implementado un menú de navegación mediante el cuál podréis acceder de forma rápida a todas las expresiones que tengáis disponibles en ese momento. Para conseguir más tendréis que aumentar vuestros niveles de Bondad/Maldad. Así, accederéis a expresiones como "El dedo del medio" (ya os la podéis imaginar...) o "Pose heroica", en la que vuestro héroe hará un movimiento mezcla de tiro de falta de Beckham y pose de Will Smith buscando robots asesinos...

Para no fallar en cuestiones de protocolo y hacer que los NPC respondan como a vostoros os gustaría, os hará falta leer un poco. Libros como "Cómo no parecer una mala persona" podrán ser adquiridos a determinados comerciantes y os servirán para saber qué puntos son los más importantes de cara a no ir asustando al personal con el aspecto de vuestro personaje o la actitud que despleguéis delante de vuestros conciudadanos.

La idea de Molyneaux era buena e innovadora. Debido a lo ambicioso del planteamiento inicial algunas (muchas) cosas han quedado fuera, pero lo que ha caído dentro del bote constituye un nuevo referente en el campo de la IA aplicada a videojuegos. Encontrarse a funcionarios apagando las lámparas que iluminan la calle con los primeros rayos del sol o descubrir a una amante despechada ahogando sus penas en la taberna del pueblo es, sin duda, el tope de interacción social visto en un Action RPG hasta el momento, juegos de Sims aparte.

A medida que vayáis utilizando un determinado estilo de lucha, incluso un tipo o modelo concreto de arma, la destreza del personaje con dicha arma irá aumentando, elevándose así el daño que podréis infringir en vuestros adversarios. Además, y gracias a las piedras mágicas que iréis encontrando por los escenarios, podréis potenciar vuestro armamento y dotarlo de poderes que os permitirán atacar con mayor fuerza a vuestros enemigos. Además, y como los más sibaritas de los visuales sabrán apreciar, las armas verán modificado su aspecto exterior al serles equipadas dichas runas.

Hay un detalle que nos ha llamado la atención por no esperarlo encontrar en el juego, a pesar de ser habitual en muchos títulos. Al acabar con todos los enemigos de cada lugar, al volver sobre vuestros pasos y volverse a producir la secuencia de carga, todos los adversarios habrán vuelto a la vida. No sabemos si ésto se ha debido a una decisión de diseño o más bien de simplificación para evitar sobrecargar la memoria de Xbox con datos que puedan llegar a considerarse como accesorios.

En cualquier caso, al tratarse de un juego de acción con componente de Rol, en el que la experiencia es un factor determinante a la hora de desarrollar el personaje, no se puede decir que sea del todo malo que las pantallas se vayan "recargando" de enemigos, pues podréis ir dando buena cuenta de ellos una y otra vez, hasta que vuestra sed de sangre o de experiencia se vea saciada. Lo que es más cuestionable, sin embargo, es que esta solución salomónica no vaya directamente en contra del espíritu del juego.

En un juego como éste, en el que el desarrollo del personaje lo es todo, era casi obligatorio que se posibilitara el salvar la partida en cualquier momento y lugar. Por fortuna, así ha sido, y tras pausar la acción accederéis a una pantalla desde la que, entre otras cosas, podréis guardar vuestros progresos y los niveles actuales de vuestro héroe.

En cuanto a las misiones que tendréis que realizar, decir que aunque la mayoría de ellas consistirá en eliminar a cuantos enemigos se os pongan por delante, otras intentarán aportar algo más de variedad al conjunto. Por ejemplo, hay una misión de infiltración que consiste en encontrar un campamento de ladrones en la que, además de evitar que os descubran, tendréis que localizar y poneros su propia ropa para realizar una infiltración completa. También hay otra en la que deberéis encontrar un tesoro enterrado siguiendo las indicaciones de un fantasma, en vida pirata, que quiere asegurar el porvenir de su viuda.

Para el resto de misiones, es decir, las más físicas, os podrán echar una mano mercenarios, siempre que los localicéis. Eso sí, id preparando el monedero, porque estas espadas de alquiler os exigirán cobrar puntualmente sus monedas contantes y sonantes.

Una recompensa igualmente gratificante espera al jugador que encuentre una cama desocupada en la que poder pasar la noche. El tiempo pasará mientras descanséis, y si cuando os echásteis era de día, cuando recuperéis el control de vuestro personaje el cielo ya se habrá oscurecido. Mejor dormir de noche, porque la oscuridad siempre da alas a los que su alma es más negra que el fondo de una ciénaga.

Para ganarse el corazón de una damisela - o de un apuesto varón, que en los estudios de Lionhead y Big Blue Box son muy liberales - hay varias formas. La más rápida es ganarse el afecto a base de regalos, intercalando poses estilo Lorenzo Lamas en sus anuncios de edredones. Suele funcionar, pero os dejaréis un verdadero dineral, teniendo en cuenta que para formalizar la relación con vuestra futura pareja tendréis que comprar un anillo de compromiso - y que lo sepáis, no valen las imitaciones. Luego os pedirán la casa, y luego vete tú a saber... Casi que es mejor centrarse en la carrera de héroe, porque según con quién os liéis, igual no os acaba saliendo a cuenta.

El otro sistema de ligoteo es bastante más lento, pero produce cantidades industriales de amantes en potencia en celo. Conseguid una fama legendaria y os faltará tiempo para atender las muestras de afecto que os prodigarán al entrar en los pueblos. Los corazones sobre las cabezas de los personajes, muestra de que se derriten por vuestros heroicos huesos, aparecerán encima de casi cada NPC que avistéis. Una forma asequible - y segura - de sentirse igual que Beckham.

Además, cada superficie tendrá su propio sonido asignado. Todos ellos están muy elaborados, a pesar de que, por desgracia, no están totalmente sincronizadas con los movimientos de los personajes. Un grandísimo apartado, que, encima, estará totalmente en castellano cuando se publique en España. Fable traducido y doblado ¿Qué más se puede pedir?

Durante el juego en sí irán sonando melodías acorde con la situación en la que os encontréis. Si estáis solamente explorando el mapeado, la canción del momento será muy relajante, de una calidad más propia de una superproducción de Hollywood que de un videojuego, por lo menos de los videojuegos según se han venido entendiendo hasta el momento. En cambio, si estáis luchando, la música será mucho más estresante, incitando a la violencia.

Así, y para deleite de todos los amantes de la buena música de los videojuegos, la banda sonora de Fable se reivindica como uno de los mejores apartados del título de los estudios de Lionhead y Big Blue Box. Ojalá se llegue a comercializar en un CD aparte...

Los efectos de luces son totalmente en tiempo real. Entre las delicatessens que ésto permite, destacan los paseos a través de los árboles, las vistas al mar en los atardeceres o la salida del sol en los acantilados. Un auténtico espectáculo que os invitará a sumergiros en él y olvidaros de las misiones, de la experiencia y de vuestra venganza. Tan sólo la belleza del momento. Además, se ha implementado la ya popular transición de día a noche, aunque es más brusca de lo que nos hubiera gustado.

La representación de las armaduras, armas y objetos está realizada con gran exquisitez. El jugador se siente obligado a descubrir nuevos objetos tan sólo para ver qué tal lucen en el cuerpo del héroe. Especial atención a las espectaculares armaduras, repletas de detalles, como partes elaboradas con diferentes materiales, movimiento oscilatorio al andar, etc.

A medida que vaya transcurriendo el tiempo, y vuestro personaje haya participado en más y más peleas, su cuerpo irá mostrando cicatrices que serán el mudo testimonio de vuestro ímpetu y descaro en el campo de batalla. Estas marcas de heridas de antaño serán uno más de los signos distintivos de vuestro personaje, como también será la ropa, los tatuajes o el peinado que éste porte. Además, recordad que la maldad - o bondad - del vuestro héroe también se reflejará en vuestro rostro. Y es que la cara es el espejo del alma...

Que haya cicatrices, sin embargo, es una muestra del espíritu que los desarrolladores del juego han querido imprimir en Fable más que una muestra del virtuosismo de los grafistas. El peligro de los combate no es tanto que vayáis a pasar a mejor vida, tal es la cantidad de pócimas de recuperación y de resucitar que estarán a vuestro alcance en todo momento,  sino que el cuerpo de vuestro héroe quede totalmente cubierto de heridas sin curar.

La solución salomónica adoptada por los desarrolladores ha sido el intentar evitar por todos los medios que el héroe muera, poniéndolo todo de su lado para que eso no ocurra o, por lo menos, que suceda el menor número de veces posibles. En la práctica tan sólo en dos o tres puntos de la aventura vuestro personaje correrá realmente peligro de perder la vida y a poco que os esforcéis podréis superar las situaciones con más o menos entereza.

Hay que decir, sin embargo, que por regla general el jugador se sentirá tan vinculado a su alter ego virtual que ni tan siquiera contemplará la posibilidad de morir, pero no porque se note netamente superior a todos sus adversarios, sino por el hecho de que el verdadero reto de Fable es el de desarrollar al personaje, no el matar al resto (aunque una cosa no tiene porqué quitar a la otra).

Así, se puede decir que la apuesta de Molyneaux de "hacer que todo el mundo gire en relación al protagonista" acaba convirtiéndose en la justificación de la escasa dureza del juego. Eso sí, no hubiera estado de más que se hubiera permitido seleccionar el nivel de dificultad al empezar la aventura...

Es cierto que Mr. Molyneaux aseguró en su momento que Fable "será el mejor juego de rol de la historia". Esta afirmación, pretenciosa como mínimo, se ha convertido en uno de los mayores lastres de cara a la primera toma de contacto por todos aquellos que llevaban siguiendo al juego desde las primeras fases de desarrollo. Para empezar, Fable no es rol puro, en su mayor parte es el sucedáneo de Acción + RPG al que nos tienen acostumbrados títulos como Final Fantasy o Skies of Arcadia.

Como aventura, y en lo que respecta al mapeado y posibillidades de movimiento, el título de Lionhead y Big Blue Box se encuentra en la onda de Sudeki. Es decir, calles prefijadas carentes de la libertad de movimientos que permite la obra de Bethesda pero que no renuncian a esconder sus secretos. No es que esperáramos encontrar tanto margen de acción como en el último capítulo de The Elders Scroll, pero las posibilidades de juego ciertamente hubieran sido mayores con unos escenarios más abiertos, estilo lo visto en los últimos Zeldas.

Pasar de pantalla a pantalla supondrá una carga de unos segundos, muy similar a la vista en los Resident Evil. En determinados momentos, como en el frenético final, llega a molestar que cada pantalla deba ser cargada de forma independiente; incluso en ocasiones, dada la cuestionable complejidad de determinadas estancias o parajes, parece que esta carga no sólo se limite a el escenario sino que otro proceso entre en juego.

Esa voluntad de evitar escenas escabrosas ha provocado que no haya escuelas en el juego, para evitar que un jugador excesivamente malicioso emule de forma virtual las abominables carnicerías que, por desgracia, tienen lugar en este mundo de locos en el que todos vivimos.

Pero, en ocasiones, la crudeza gráfica será tal que incluso se os revolverá el estómago. Lugares con muestras de haberse decapitado a gente, jaulas humanas... Y el modelado de los personajes, dejando entrever todas las cicatrices y demás marcas del tiempo, de la violencia y del odio, será otra muestra más de la crudeza escondida que, al igual que en Sudeki, no creíamos ir a encontrar en el juego.

Pasarse la historia principal, a base de ir superando las misiones que se os vayan encomendando desde la guarida de los Héroes, no os llevará más de 8-10 horas. Y eso sin necesidad de ir a todo trapo; nosotros lo hemos hecho en poco más de 10 horas y entreteniéndonos en recorrer los escenarios. A nuestro protagonista tampoco se le veía excesivamente crecido, es más, al no haber utilizado prácticamente magia dudamos que hubiera crecido demasiado, bien lejos del límite de edad en el que se detiene el crecimiento de los personajes.

Es cierto que siempre queda la opción de ir probando combinaciones diferentes de personalidades de héroe, como ya se pudo ver en KOTOR. Por ejemplo, podéis superar el juego siendo más buenos que un monaguillo o más malvados que el demonio mismo, lo cuál añade otras 10 horas de vida jugable a Fable, por lo menos para los jugadores que gustan de exprimir al máximo todos sus juegos. Y está claro que la creación de Lionhead Studios y Blue Box tiene potencial para ser rejugado, como mínimo, un par de veces. Aunque claro, con la cantidad de títulos que hay actualmente para Xbox y el escaso tiempo que nos deja este estresante ritmo de vida, quizá con una haya más que suficiente...

Como curiosidad decir que los títulos de crédito de Fable son de los más interesantes o, por lo menos, curiosos que hemos visto en un videojuego. En ellos, aparte de presentarnos a todo el equipo que ha colaborado en el desarrollo del juego, se nos informa de detalles tan curiosos como el nombre de los niños de la plantilla de Lionhead Studios y Big Blue Box Studios que nacieron durante la creación de Fable, o la cantidad de pizzas consumidas a lo largo de los casi 4 largos años de desarrollo.

Y hasta el próximo análisis,  poco más que decir. Tan sólo recordar que el juego se pondrá a la venta en España el próximo 29 de octubre y que, más allá de todo lo que hayáis podido ver o oír, debéis darle una oportunidad. Si no lo hacéis, dentro de unos años no os perdonaréis el no haber jugado al que, para algunos, se ha convertido en un nuevo representante del Octavo Arte. Un título que, al igual que el resto de creaciones de Peter Molyneaux, merece un espacio propio en el Olimpo de los juegos mágicos. Y es que Fable es, más allá de toda crítica, magia hecha videojuego.