Zombie Revenge

Pero dejando a parte aventuras interminables que nos hacen recorrer bastos mapas y sombríos edificios, en busca de las llaves que abren puertas que mejor dejábamos cerradas, los chicos de SEGA han decidido darnos por una vez en el gusto, dejarnos libertad para apretar el gatillo y soltarnos en la ciudad de Woodside (si, has acertado, es la misma que la del "House of the Dead 2) donde parece ser que proliferan este tipo de engendros, para que encontremos las causas de tan terrible epidemia y, de paso, les limpiemos un poco las calles.

Nos encontramos ante un beat'em up puro y duro, como los de antes, con un tiempo justito para cada nivel y rebosante de enormes jefes finales. Por suerte tenemos nuestros puños y nuestras armas. Por desgracia no hay balas para todos.

GRÁFICOS

A nadie se le escapa que este juego ya paso por las recreativas hace poco y, claro, surge la pregunta: ¿Qué tal la conversión?. La respuesta es evidente: tan buena o mejor que la recreativa. Ya que la enorme cantidad de enemigos que pueden aparecer en pantalla a la vez no hace que se resienta el juego, ni con los magníficos efectos de luz y otros efectos, ni tan siquiera si tenemos en cuenta que todo fluye a 60 frames por segundo.

Las cámaras que nos acompañan durante nuestra aventura, estarán en constante cambio de posición, para dotarnos de un ambiente de película que se agradece, después de tantos años sufriendo este tipo de juegos con scroll horizontal.

Los gráficos se mueven con una soltura espectacular y hay unas cuantas fases en las que la gran D de Sega se demuestra muy poderosa, como por ejemplo la que transcurre sobre los vagones de un tren.

Los decorados de las distintas zonas de la ciudad están tan bien recreados que muchos de ellos dan miedo con sólo pensar que tenemos que meternos por allí.

MÚSICA

Uno de los apartados más flojos del juego. Verdaderamente podían habérselo currado más o tomar ejemplo de otros juegos de terror que si han sabido crear ambiente a base de corchea y sostenidos.

EFECTOS FX

Los efectos están muy por la labor de aumentar la espectacularidad del juego, pero el hecho de que casi todos los disparos suenen igual y que los golpes suenen de la misma manera, hace que a las pocas partidas nos pasen desapercibidos.

JUGABILIDAD

Los modos de juego son numerosos y de lo más variado. Están los de siempre, los de toda la vida (Arcade, Original), un apartado para entrenarse (Trainig), un modo en el que sólo nos enfrentamos a los jefes finales (Vs. Boss) y un último modo de combate entre los tres personajes "buenos" del juego (Fighting). Esto viene a paliar lo corto que se puede hacer este juego a mucha gente. Aunque el objetivo de este tipo de juegos es hacerte pasar un par de horas entretenido sin tener que darle mucho a la "bola" y que no tengas que continuar al día siguiente, y al otro, y al otro, y al otro...

La finalidad básica del juego es no dejar títere (en este caso zombi) con cabeza. Y para ello dispondremos de todo un arsenal, y cuando no lo tengamos, habrá que preparar nuestros puños y nuestras piernas. Porque con sólo dos tipos de puñetazo y uno de patada (las llaves y los combos ya son otra cosa) tendremos que solventar las situaciones más apuradas.

Nuestros personajes tienen características muy diferenciadas y bastante diferenciantes. Por un lado tenemos a Rijima Busujima, todo un experto en artes marciales. También está Linda Rotta, la más ágil de los tres. Y por último se encuentra Stick Bretling, toda una mala bestia llena de músculos con los que aplastar zombis. Cada uno tiene sus propios golpes y por tanto su propio estilo, y aquí ya entran los gustos personales de cada uno a la hora de atacar situaciones desesperadas como las que plantea este juego.

La IA de nuestros enemigos está por encima de la media en lo que a este tipo de juegos se refiere. Su velocidad a la hora de atacarnos, unido a la posibilidad que tienen de utilizar armas, los hace especialmente peligrosos (y no como la mayoría de títulos en los que los pobres veían menos que Rompetechos y eran más lentos que la defensa de Dinamarca). La buen noticia es que una vez muertos eso zombis que van armados se les puede "confiscar" el arma para fines puramente de supervivencia.

Los jefes finales (10 en total) son enormes y cumplen perfectamente su papel. Así que emplearemos contra ellos la vieja táctica de "dispara lo más potente que tengas y no te acerques a preguntar como está".

A pesar de que el tiempo está muy justito, podemos dedicarnos a probar suerte y entrar en alguna de las múltiples habitaciones que están escondidas por la ciudad, con el ánimo de que la suerte nos sea propicia y la sala en cuestión esté llena de ítems, o arriesgarnos a que nos sea esquiva y la sala esté llena de zombis.

Los ítems son algo fundamental. Desde más munición hasta nuevas armas (alguna de las cuales nos sorprenderán por su original diseño) pasando por los indispensables medicamentos que nos curarán de los malintencionados mordiscos de estos seres.

No se puede grabar la partida!, así que hay que jugárselo de todo golpe o que si podemos hacer (si tenemos más de 100 bloques libres en la VM) es guardar en ella uno de nuestros tres personajes para poder entrenarlo aparte y que la próxima vez que juguemos con ese personaje tenga las habilidades incrementadas.

Ideal para pasar una tarde o para jugar partidas rápidas con nuestros colegas (eso de ir a la par que nuestro compañero, espalda con espalda, y de repente dejarlo sólo no se paga con dinero, no señor). La variedad de modos lo salva de quedar en el olvido a las primeras de cambio.

Ni que decir tiene que la violencia está presente desde el minuto uno (ya veo a la Liga Anti - violencia en los Videojuegos protestando por estas cosas), pero a fin de cuentas no son más que zombis (señora, que son zombis, que tienen que morir de una vez).

Al menos la sangre esta vez es verde.