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Assassin's Creed IV: Black Flag

Edward Kenway, el abuelo de Connor, navegará con rumbo fijo el próximo 1 de noviembre: convertir a Assassin's Creed IV: Black Flag en la entrega más vasta, generosa, vistosa, variada e inolvidable de la serie que cierra su ciclo en PS3, 360, PC y Wii U, y se estrena en PlayStation 4 y Xbox One. El Caribe ya ha dejado atracar a las carabelas tripuladas por asesinos, esbozando cómo se continúa la fórmula y qué nuevos tesoros aborda.

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Piratas y galeones, tormentas y tiburones, espadas y palmeras, tesoros y maldiciones. El universo de Assassin's Creed llega al Caribe de principios del siglo XVIII, ya tiene todo dispuesto para en menos de un mes, el 1 de noviembre, atracar con Black Flag en las consolas actuales más veteranas (PlayStation 3 y Xbox 360) y posteriormente hacerlo con versiones ligeramente diferentes en Wii U, PC, y PlayStation 4 y Xbox One cuando éstas se lancen, el 29 y 22 de noviembre respectivamente. Ubisoft Montreal y el resto de divisiones de la compañía encargadas del proyecto durante más de dos años han recibido a prensa de todo el mundo dejando jugar a las primeras horas, enseñando cómo se las gasta Edward Kenway, el protagonista de esta nueva gesta tanto en mar como en tierra que promete ser un paso adelante en la marca, aunque vistos estos primeros pasos no termina de parecerlo.

El paraíso caribeño y sus islas acogen ahora al abuelo de Connor y uno de los principales Assassins de toda la historia de La Hermandad contra los Templarios. Empezando por el presente, desde una perspectiva en primera persona para entrar al Animus que ya dejó Desmond Miles, en este Assassin's Creed IV el jugador vive los años más duros de la vida de este capitán del Jackdaw, el enorme velero que nos servirá como base de operaciones y vehículo central para movernos por el extenso mapa abierto del juego, un enorme sandbox de acceso más libre que nunca y a más de 50 áreas distintas entre las que se encuentran urbes como La Habana, yacimientos arqueológicos como el conjunto de las Pirámides Maya, selvas vírgenes y frondosas de Cancún o Cuba, y playas paradisíacas de aguas cristalinas, blancas arenas y fauna salvaje. Ir de un sitio a otro requiere largos trayectos timón en mano, con toda la flota pirata de la época deseando abordarnos, también con nombres propios como el Capitán Barbanegra o los náufragos del hundimiento español de 1715.

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Honor y fuego en alta mar

Historia y simulación de la vida pirata, eso es lo que ha querido Ubi para Black Flag y eso es lo que parece que mejor va a ofrecerse en este nuevo episodio que en realidad no se aleja demasiado de la fórmula característica que ya conocieron Altair, Ezio y Connor. La navegación y batallas en alta mar con espectaculares tormentas tropicales interviniendo o criaturas peligrosas como tiburones y ballenas rondando las embarcaciones son en realidad el principal punto explotado en AC IV. Ya se exploró este terreno en la edición del año pasado, pero ahora todo el aspecto marinero tiene un papel esencial, sirviendo también para marcar la progresión del jugador, que se hará cada vez con mayor y mejor tripulación, herramientas y cañones para su navío, o reputación entre otros grandes capitanes, lo que abre el acceso a nuevas zonas y desafíos. Los combates sobre las olas se han mejorado hasta tal punto que ahora podremos embestir a otras carabelas, realizar diversos disparos de puntería o potencia bruta, segregar nuestras unidades a un lado u otro del Jackdaw, investigar la fuerza de un barco a distancia con el catalejo para luego tomarlo saltando en grupo desde el nuestro, etc. Pura gesta.

El asesino heredero

Pero eso sí, más allá de todo este terreno belicioso y explorador en busca de nuevas tierras y sobre aguas internacionales, Assassin's Creed IV no se aleja tanto como quizá muchos pedían del formato habitual, con el parkour, el sigilo, los encargos, las peleas a espada y demás tareas de asesino silencioso como bases de su propuesta jugable. Recuerda mucho a los anteriores en cuanto se ponen los pies en tierra y de hecho ha reciclado por completo aspectos que deberían haberse evolucionado, como los duelos cuerpo a cuerpo algo básicos y siempre marcados por el timing, el movimiento automático por cualquier pared y salto con un solo gatillo, o el sistema de atalayas para desbloquear la informacióin de zonas. Ganan peso en Black Flag las armas de fuego y los tiroteos, con algunas acciones nuevas como tomar cobertura colgados o coger a un enemigo como escudo humano. También se han limado algunas asperezas en otros comandos, para hacerlo más suave y natural.

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Parche, loro y buen ron

El estilo pirata no perdona, es canalla y traidor, sucio en muchos aspectos. Esto se manifestará en la trama y los personajes, menos fiables que de costumbre y siempre con sus propios códigos de bucanero, lo que abre la veda a encargos que hasta ahora no se habían vivido y prometen guardarse en la memoria por su sorpresa y ejecución. La variedad de zonas terrenales también da lugar a algunas nuevas misiones y formas de solucionarlas, así como arreglos en comandos de sigilo o hurto sin daño, y la nueva ruleta de armas. Las carreras por las ciudades y patios, la reyertas contra un grupo de soldados que nos rodea o las puestas a salvo en las alturas y montones de paja para escondernos siguen siendo claves del gameplay. Por supuesto, no falta la sincronización con el Animus que para ponerse al 100% propone buscar todo tipo de cofres, carteles, llaves, pistas...

Manejar bien el mapa es fundamental para ir dando caza a todos los trabajos opcionales que tiene para nosotros el juego, desde cazar animales y despellejarlos para negociar con sus pieles hasta hacernos con nuevos camaradas para la tripulación, motivada mediante barriles de ron, salomas que ir aprendiendo y algunos minijuegos como la caza con arpón de tiburones o el tablero de Fanorona. En PlayStation 4 el control del mapa se puede hacer con el touchpad del nuevo DualShock 4, una de las ventajas de esta versión al igual que su contenido exclusivo que nos pondrá en la piel de la protagonista de Assassin's Creed Liberation, Aveline, para recorrer una pequeña trama paralela a la de Kenway. En materia gráfica también hay algunos saltos en PS4 y One, pero no se puede decir que AC IV vaya a ser un abanderado de la tecnología venidera, es un claro título transgeneracional con unos pocos refinados visuales en términos de iluminación, fluidez, distancia de dibujado y cargas ingame en las nuevas máquinas e integración de Kinect o el panel del mando de PS4, pero poco más. Su grueso es calcado en ambas generaciones.

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Espectacular resulta, eso sí, en las consolas actuales. Recoge el buen resultado de la marca en todos sus capítulos anteriores y lo intenta llevar más allá. Ahora solo queda cruzar los dedos para que no disponga los bugs que tanto lastraron Assassin's Creed III ni la repetitividad que caracterizó a la primera entrega, por ejemplo. No parece que vaya a haber ni de lo uno ni de lo otro, pues el cuidado que dice Ubisoft haber tenido con esta edición no dejaría lugar a estos tropiezos. La compañía gala quiere además feedback de los jugadores, por lo que en la next-gen ha implementado un nsistema que nos permite calificar a cada misión con estrellas, de una a cinco, para futuros juegos. Nos queda confianza en la serie y cada nuevo hands on no hace más que augurar la mejor entrega de todas y buena mirada al futuro. Al menos sí que de las más bonitas en tratamiento del colorido, los diseños de las ciudades centroamericanas del XVIII y la cantidad de zonas diferentes gracias a la presencia total de entornos vírgenes como la alta mar y las selvas o las ruinas, totalmente integradas y sin barreras al cambiar de entorno.

Sobre potencia gráfica, cómo no la versión de PC, PS4 y One será la más potente. Es fácil encontrar diferencias entre una y otra edición, pero no por ello hablamos de un título puntero en detalles como los rostros de los personajes secundarios o la variedad de movimientos de ataque, quizá algo reducida en comparación con la extensa galería de animaciones para el parkour. En PC ya se conocen los requisitos mínimos, que serán: Sistema Operativo Windows Vista SP / Windows 7 SP1 / Windows 8 (ambos en versiones 32/64bit) Procesador Intel Core2Quad Q8400 @ 2.6 GHz o AMD Athlon II X4 620 @ 2.6 GHz. Memoria RAM de 2GB for Windows Vista, Windows 7, Windows 8. Tarjeta gráfica Nvidia GeForce GTX 260 o AMD Radeon HD 4870 (512MB VRAM con Shader Model 4.0 o superior), DirectX 10 y 30 Gb de espacio en Disco Duro.

Por último está el multijugador, del que no se han dado esta vez más detalles pero del que ya os avanzamos todas sus claves hace un par de meses. La intención de Ubisoft es revolucionar este modo, con bastantes más novedades de las que parecen haberse impuesto en el singleplayer.Los atractivos de Assassin's Creed IV siguen siendo los de siempre enla saga, y esto para el fan no es ningún tropiezo. Ambientación,libertad, amplitud, fluidez de movimiento, tramas conspiratorias y unabuena solvencia gráfica lo preparan como otra recomendación para esteotoño. Parece que no va a defraudar lo más mínimo, aunque tampocosorprender como a muchos nos gustaría, eso debe estar claro desde ya.Desde luego, ya tenemos muchísimas ganas de echarle el garfio a estanueva superproducción, la que sirve de pasarela entre el pasado y elfuturo de la serie y la que quiere volver a levantar la marca hasta lasposiciones de liderazgo en ventas que hace un par de años era capaz deocupar. Oro a la vista.

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Assassin's Creed IV: Black Flag

  • 360
  • WiiU
  • PC
  • PS4
  • XBO
  • PS3
  • Aventura
  • Acción

Assassin's Creed IV: Black Flag, desarrollado y distribuido por Ubisoft para PC, PlayStation 3, PlayStation 4Xbox 360, Xbox One y Wii U, es la cuarta entrega numerada de la popular saga de acción y aventuras Assassin's Creed, ambientado esta vez en el Caribe de 1715.

Carátula de Assassin's Creed IV: Black Flag
8.6