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[Pre E3] God of War II: Divine Retribution, Impresiones

El legendario guerrero espartano que convulsionó el Olimpo y sometió a Ares se sienta ahora en su trono como nuevo Dios de la Guerra, aunque aún le queda una epopeya más por escribir. A pocos días del E3 y en primicia, te adelantamos cómo será el regreso de Kratos.

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El legendario guerrero espartano que convulsionó el Olimpo y sometió a Ares se sienta ahora en su trono como nuevo Dios de la Guerra, aunque aún le queda una epopeya más por escribir. A pocos días del E3 y en primicia, te adelantamos cómo será el regreso de Kratos.

Juego revelación del año, un largo historial de galardones, éxito de crítica y más de 1 millón copias vendidas en todo el mundo. Esos fueron los registros conseguidos con God of War por un -hasta este proyecto- poco valorado estudio Santa Mónica de SCEA capitaneado por David Jaffe. Aunque muchos esperaban que esta cantada secuela saltase directamente a PlayStation 3, parece que el buen conocimiento de la plataforma actual de sus creadores y el empleo de las mismas herramientas desarrolladas para su antecesor, van a hacer que God of War se despida de PS2 con esta segunda parte que se espera para febrero de 2007.

Dirigido por otro director -Cory Barlog, aunque supervisado por Jaffe- God of War II continua la épica del brutal y despiadado Kratos, retomando el guión justo después de consumar su venganza contra Ares, el que un día fuese su protector. Con su caída, Kratos es invitado por Atena a ocupar su trono y encarnar al nuevo Dios de la Guerra. A pesar de ello, el espartano sigue sumido en trascendentales interrogantes. Para esclarecerlos Kratos se sumerge en una búsqueda hasta los confines del mundo que tendrá como fin cambiar su atormentado destino.

God of War II: Divine Retribution (PlayStation 2)

Despojado de sus poderes, el viaje -y la demo del E3- comienzan con Kratos montado a lomos de un Pegaso negro, surcando los cielos en un nivel muy al estilo Panzer Dragoon Orta con un planteamiento de shooter on the rails. Aquí nos enfrentamos a un enemigo que cabalga en un hipogrifo, con el que mantenemos una escaramuza lanzándonos proyectiles energéticos, hasta que, llegados a un punto el Pegaso se sitúa paralelo al grifo y Kratos lo aborda, combatiendo cuerpo a cuerpo con su jinete. Podemos ver cómo se ha respetado el original sistema de combos del juego original. Mediante una combinación consistente en pulsar equis, cuadrado y triángulo, Kratos ejecuta brutalmente al enemigo y mutila al hipogrifo amputando una de sus alas, tras lo que se lanza al vacío, tomando tierra poco después.

Con los pies en el suelo se consuman las expectativas que teníamos acerca de la fluidez del combate, tal y como se esperaba. El arma básica de Kratos no volverán a ser las Espadas del Caos, regalo del mismísimo Ares tras salvarle vida de las hordas bárbaras y que como recuerdo de su eterno servicio al ex-Dios de la Guerra se encandenarom a sus muñecas. Éstas han sido reemplazadas -tal y como los que completaron la primera parte conocerán- por las espadas de Atena, regalo de la diosa griega por su gesta. Su funcionamiento es exactamente igual a las que manejábamos en el título original. Para probarlas, nada mejor que medirnos a los primeros enemigos que encontramos. Unas hordas de voluntariosos esqueletos que no son más que carnaza para encadenar combos de 16-17 impactos.

También puede apreciarse como repiten las cámaras cinemáticas de la primera entrega, cuyo fin es mostrar la belleza de los escenarios, muchas veces tomando propio control del encuadre para ello. Avanzando por unos desolados parajes accedemos a las ruinas de un templo, siendo recibidos por un grupo de algo parecido a trolls enanos, uno de ellos montado sobre los hombros de un cíclope. Lanzando las espadas contra el monstruo y clavándolas en su pecho, Kratos estirará de las cadenas para hacerlo caer de bruces contra el suelo, rematando a su jinete y golpeando al resto de enemigos con el sanguinario proceder habitual del impío protagonista.

Utilizando de nuevo el sistema de combos, asistimos a otro violento espectáculo firma Kratos para derrotar al cíclope. El protagonista se lanza contra su pecho de un salto, clava sus hojas en él y las utiliza para escalar hasta los hombros, en los que se pone de pie y desde donde agarra el ojo del gigante, del que tira violentamente hasta arrancarlo.

Tras la escaramuza nos adentramos en el templo, que se encuentra sobre un lago teñido de rojo por la aridente lava, y el cual empezará a desplazarse como una gigantesca embarcación. En este punto descubrimos uno de los nuevos puzzles contextuales. En esta ocasión se debe utilizar un peso para compensar el desplazamiento del templo y que no se incline hacia un lado, cambiando de plano. Esto nos abrirá un camino al interior, por medio de una gruta.

God of War II: Divine Retribution (PlayStation 2)

En ella una especie de demonios alados salen al paso de Kratos, quien utilizará su arma para alcanzarlos y estamparlos contra el suelo. Aunque son muy débiles, estos enemigos se convierten en una molestia considerable en lo que viene a continuación; poner a prueba uno de los nuevos movimientos del Dios de la Guerra.

Bautizados como grapple moves, estos movimientos al más puro estilo Indiana Jones nos permitirán utilizar las cadenas de las espadas para engancharnos a varios puntos -señalizados con un aura verde- y alcanzar lugares de otra forma inaccesibles. Aquí permiten superar un río de lava enganchándose en 3 puntos distintos -estalacticas gigantes que cuelgan del techo de la gruta- y rotando en cada uno de ellos para coger el impulso suficiente que permita llegar al siguiente o al borde final.

God of War II: Divine Retribution (PlayStation 2)

Los escenarios son destructibles e interactivos. Vemos a Kratos como al salir al exterior derriba las columnas de un pequeño altar griego y posteriormente cómo zarandea un gran pilar para que los enemigos que se encuentran en el techo acaben siendo accesibles. Unos pocos segundos más alante vemos una secuencia -controlada por las cámaras automáticas- en la que un guerrero griego combate contra las criaturas a la vez que grita a Kratos haber encontrado un secreto en el templo de medusa que podrá cambiar su destino.

Al estar la entrada sellada por el hechizo de la gorgona, convirtiendo en piedra al que se posa en su entrada, Kratos acepta ir en su ayuda. De nuevo nos enfrentamos a otro puzzle, esta vez a lomos de unas plataformas que se accionan con un rodillo de forma manual. Mientras lo utilizamos y cuando tenemos las manos ocupadas, los enemigos saltarán a la pieza de metal para impedirnos desplazarnos. Utilizando unas descargas de energía y con un poco de paciencia y saltos coordinados, podremos acceder al otro lado, donde nos espera un miniboss; un golem de piedra muy parecido al minotauro del primer juego reconstruido con rocas y fuego.

Es peligroso porque lanza ataques cuerpo a cuerpo muy poderosos. La técnica para vencerlo es utilizar las espadas desde media distancia cuando no nos ataca, retroceder rápidamente cuando se prepara para golpear y lanzarle flechas de energía desde la distancia. Cuando casi hemos acabado con él podremos ejecutar un combo para rematarlo de una forma brutal, asestándole varios golpes que amputan uno de sus brazos, desde el que se salta a su espalda y se le estoca cual toro de lidia. La brutalidad y violencia habitual sigue estando presente, según sus creadores para mostrar libremente cómo de cruenta es esta particular visión del mundo mitológico, a sabiendas que esto limita la accesibilidad a los menores de 18 años.

Continuando con el nivel, cuando Kratos llega a ayudar al guerrero, éste muere en sus brazos, pero le da información de cómo aceder al templo de la gorgona. Desplazándose por las alcantarillas, alcanza un área con varias estatuas, rompiéndolas y  localizando un pasadizo que conduce a un nuevo puzzle donde hay que mover varias piezas pesadas a base de empujones y patadas para esta vez, desequilibrar el plano del templo, que se tuerce considerablemente. Esto lo aprovecha para meter las manos por debajo de sus cimientos y literalmente darle la vuelta a la construcción, desvelando el secreto que el guerrero confesaba, una máscara dorada.

God of War II: Divine Retribution (PlayStation 2)

Tras la revelación vuelve a aparecer un miniboss, una bestia inspirada en cerberus, mezcla de un monstruoso perro de tres cabezas y un tigre. Con la máscara dorada, y si lo preferimos, huyendo del nuevo enemigo, Kratos regresa a la entrada de Medusa. Cuando la puerta proyecta el rayo petrificante, el espartano alza la máscara, que refleja el haz contra la entrada del templo, rompiéndose en mil pedazos y dándole acceso al interior. Y aquí finaliza la demo que a partir del miércoles podrá jugarse en el stand de Sony en el E3.

Pudimos charlar con Tim Moss, programador jefe del título, acerca de la evolución de Kratos y cómo le sienta la divinidad. Aunque Moss no fue muy específico -parece que se quiere mantener cierto secretismo en torno a esto- sí confirmó que habría cambios a nivel de diseño, como hemos podido ver en los artworks, orientados a la armadura de Dios que Kratos portará. La personalidad del protagonista se seguirá perfilando en toda esta aventura, para lo cual, además del en combate, le veremos en otras situaciones, entre ellas, escenas con fuerte carga sexual.

God of War II: Divine Retribution (PlayStation 2)

También nos habló de otros nuevos poderes, como las alas de Ícaro, mostradas de formas exclusiva a un par de medios americanos hace unas semanas, y que permitirán a nuestro guerrero desplazarse por el aire, dar saltos más largos y extender el sistema de navegación. Para obtenerlas habrá que derrotar al mitológico ser alado en un combate que consistirá en volar con él y acercarlo lo máximo posible al sol, como reza la mitología. La Furia de Zeus ha sido reemplazada por el Arco del Viento, que como comentábamos antes, nos permitirá atacar desde la distancia con proyectiles de energía, parece que de distinta naturaleza.

Y básicamente, esto es todo lo que se va a conocer de God of War II en el próximo E3. En el primer trimestre del próximo año -aún nos quedan más de nueve meses- tendremos la ocasión de volvernos a sumergir en este mundo mitológico inspirado en la grecia clásica y apoyado en la particular visión de un estudio que no necesita volver a reivindicarse, si no despedirse de la plataforma actual corrigiendo esos defectos que quedaron por pulir en su primera entrega. 

God of War II: Divine Retribution

  • PS2
  • Acción

Kratos, nuevo Dios de la Guerra, pierde el favor del Olimpo y es repudiado por Zeus. Renunciando a rendirse, el espartano inicia un viaje para cambiar su destino y saciar su venganza con la brutalidad que le caracteriza.

Carátula de God of War II: Divine Retribution
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